12 de marzo
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Un niño de cinco años es obligado a trabajar por su madre y su padrastro, vendiendo diariamente chicharrones en calles de Atlautla, actividad que cambió por la escuela.

Vecinos de esta cabecera denunciaron a AMAQUEME que el menor lleva varios meses dedicándose a ello y en forma frecuente, cansado o por aburrimiento se le ve durmiendo en las banquetas.

“Anda solito vendiendo sus bolsas de chicharrones en las calles, se cuelga su mercancía en un lazo, trae un morral para guardar el dinero y en otro la salsa picante”, señalaron los entrevistados.

Dijeron que el niño no va al kínder y antes de las 11 ya se le ve ofreciendo sus chicharrones, “cada bolsa la da a cinco pesos y aunque aún no sabe hacer cuentas, las personas que le compran le pagan lo exacto, cuándo se le pregunta por qué anda vendiendo responde que su mamá lo manda, tiene que ayudarle y debe de terminar toda su mercancía”.