
Mónica Martínez Rivera
Al día siguiente del temblor, temerosos de no recibir la ayuda que necesitaban de los gobiernos estatal y municipal, más de 20 vecinos de la calle Guadalupana subieron al monte a cortar madera de árboles plagados para convertirle en polines y tablas.
Los empujó su necesidad de construir cuartos para dormir, protegerse del frío, agua y principalmente para no abandonar sus propiedades por temor a que les robaran lo poco que les queda.
La calle Guadalupana, es una más del barrio de Xolaltenco donde decenas de construcciones están a punto de caer o presentan múltiples grietas que las hacen inhabitables, a consecuencia del sismo ocurrido el 19 de septiembre.
Desde entonces los vecinos han tenido que dormir y comer en la calle, en sus patios y otros se han ido a un albergue habilitado por Diana Itzel Marín Espinoza, vecina de la calle Venustiano Carranza.