14 de marzo
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–  En apariencia iguales por fuera, cada tumba tiene una historia propia y distinta a las demás, asegura Román, quien durante años se ha dedicado a limpiar panteones de este municipio.

Las historias, como las flores, se renuevan cada año, sostiene el octogenario.

“Cuando fui el cuidador del panteón de San Sebastián me enteré de muchas cosas, conozco los sepulcros de mujeres que murieron  golpeadas por sus esposos, de mujeres violadas o torturadas, hasta de hombres dedicados al narco”, presume.

El ex cuidador y ahora visitante de 85 años trabajó en los panteones de Tlapala, San Sebastián y el panteón principal de la cabecera.

Afirma que la gente olvida a sus deudos y de las más de dos mil tumbas que dice, existen en los tres panteones, cerca del 10% están olvidadas y llenas de basura.