
SAN MARTÍN CUAUTLALPAN, Méx.- Sofía Bernal se ve obligada a caminar diario por una vereda que corre paralelo al cauce de un canal de desagüe para llevar a sus hijos a la escuela e ir por el mandado.
Entrevistada por AMAQUEME, el ama de casa que vive en la unidad Hacienda San Juan dijo que aunque angosto y peligroso, prefiere utilizar dicho sendero a arriesgarse a ser atropellada por la carretera, como ya le ha pasado a buen número de personas.
Como ella, decenas de moradores de la unidad usan diariamente el mismo camino para ir a la escuela, al mercado o para llegar a la parada de la combi con destino a Chalco.
“El camino sólo tiene escasos 90 centímetros de ancho, pero se vuelve de cuidado porque hay que sortear animales escondidos entre los matorrales, montones de basura o el riesgo de caer al cauce como ya le ha sucedido a varios niños”, dijo.