
SABEDORA QUE UN HECHO coyuntural obligó su nombramiento como candidata priista a la alcaldía de Ayapango, y consciente de su pobre capital político y económico, Alejandra Graciela Martínez Palma, se echó en los brazos de su protector e impulsor, Edgardo Faustinos Ramírez.
LA ABANDERADA NO DECIDE, no marca agenda, no tiene dinero para su campaña; vamos, hasta sus discursos se los hace Edgardo o su nuera, Diana Angélica Núñez López, licenciada en ciencias políticas.
ÉSTA ÚLTIMA, DE ACUERDO a fuentes consultadas, fue nombrada suplente de Alejandra Martínez por órdenes de Edgardo.
DIANA ANGÉLICA FUE pareja sentimental de Edgardo Faustinos Vargas, actual síndico del ayuntamiento en funciones e hijo del primero.
LA AYUDA ECONÓMICA QUE EDGARDO LE BRINDA Alejandra, también es significativa; sin él, la señora sería nada.
CUANDO LA PROFESORA CON estudios de normal básica, creo, de 42 años, recibió la llamada de Ernesto Némer Álvarez, presidente estatal del PRI para informarle que sería la candidata, lo primero que hizo fue buscar al dos veces alcalde de Ayapango para informarle.
DÍAS DESPUÉS DE formalizarse su candidatura, Edgardo le advirtió que no hiciera caso de recomendaciones y consejos de funcionarios del PRI estatal y hacerle caso sólo a él.
DESDE AHÍ EMPEZÓ su sumisión y dependencia a Faustinos Ramírez, pues en el remoto caso que su protegida gane la presidencia municipal, será él quien verdaderamente gobierne.
POR ELLO NO LE importa que vecinos le cuestionen si la candidata es él o Alejandra, como ya ha pasado en Poxtla y Pahuacán, cuando ven su abierta injerencia, aunque debo decir que Edgardo Julián no la acompaña frecuentemente a reuniones, pero sí hace uso de su poder político para ayudarle a convencer a quienes están reacios a respaldarla.