
Jorge Martínez Cordero
En 1990 Aquiles Pérez Hernández tenía siete años, iba en segundo de primaria cuando lo llevaron a conocer a Tzinacantecuhtli o Dios Murciélago, una enorme y monstruosa figura de más de dos metros de altura, recién encontrada en San Mateo Tezoquipan, Miraflores.
El reportero de AMAQUEME conoció su historia y contactó a quien hoy tiene 35 años.
“Cuando nos llevaron de la primaria “18 de Marzo” a la casa donde estaba la deidad, fue impresionante, me dio miedo cuando vi dentro de un hoyo una figura muy grande de un hombre con una espantosa máscara con la boca abierta”, relató.
Dijo que eso sucedió hace 28 años en la casa de don Raúl.
Contó que en el pueblo de San Mateo Tezoquipan se dejó escuchar un fuerte rumor de que el dueño de una casa, mientras rascaba un hoyo para una cisterna, se había encontrado una figura enorme de barro.