
Jorge Martínez Cordero.
SAN GREGORIO CUAUTZINGO, Méx.- Con una bicicleta rodada 28 y un motor a gasolina acoplado a la estructura tubular, Roberto Vargas recorre calles de colonias, barrios y pueblos del municipio de Chalco afilando cuchillos.
En entrevista con AMAQUEME, el afilador de 51 años, que tiene su casa en la colonia Nueva San Isidro, recuerda que aprendió este oficio por necesidad, cuando a la edad de 20 años no tenía trabajo y vivía en Valle de Chalco, un señor llamado Julián le enseñó todos los secretos.
Dice que le saca punta a cuchillos, tijeras para pasto, para sastre, de las que usan los polleros, a machetes, cegadoras y todo aquello que requiera tener filo.
Presumió que garantiza la calidad de su trabajo, de lo contrario no lo cobra.
Mencionó que en estos días de contingencia, apenas si la va pasando, porque sus clientes no utilizan sus servicios, por lo que al día apenas gana 100 pesos en siete u ocho horas de trabajo.