
Arqueólogo Jaime Noyola Rocha.
Cronista Municipal de Chalco
“…todo lo que sobra de la laguna de Chalco y Mexicaltzingo, la cual se hincha mucho con los ríos de Amecameca, Tepopula y Tlalmanalco, que los dos primeros ha parecido posible divertirlos por la barranca de Chimalhuacán, y el tercero echarlo en una hoya grande donde ya otra vez estuvo detenido…”
Virrey Marqués de Cerralbo.
Cuando muchos de los habitantes del norte de Chalco poblaron las polvosas nuevas colonias, jamás pudieron imaginarse que los terrenos que compraban apenas cien años antes eran el espacio donde estuvo un lago durante milenios. A eso se debe que el nombre de Chalco tuviera el apellido de Atenco, que significa al borde del agua.
Tampoco estaban enterados que a principios del siglo XX un rico hacendado obtuvo la concesión para desecar el lago de Chalco[1] cosa que hizo por medio de la excavación de un tajo que condujo las aguas a través de Tlalpizáhuac hasta desaguar en el lago de Texcoco.
Bueno, pues esa es la razón por la cual los terrenos a los que ya se les quitó el soporte hidráulico tengan tan poca resistencia a la compresión y los edificios ahí construidos tienen la tendencia al hundimiento y no son favorables para su uso como asentamientos humanos. Desde luego que entre más se adentren los terrenos a zonas más profundas del antiguo lago de Chalco estos problemas se potencien.
Los nuevos colonos que fundaron las colonias Ejidal, La Bomba, Emiliano Zapata, Santa Cruz Amalinalco, Unión de Guadalupe, Culturas de México, Jardines, Jacalones I y II, Tres Marías, Covadonga, Nueva San Isidro, Nueva San Antonio, Agrarista y Nueva San Miguel han enfrentado desde su llegada grandes problemas hidráulicos y de un deficiente drenaje a causa de que sus predios son topográficamente muy bajos y fácilmente se anegan ante las fuertes precipitaciones de las lluvias de verano.
Ante el dilema de comprar un terreno y asegurar a sus familias y el hecho de que lo tuvieron que hacer en un espacio con las condiciones críticas de un área que antes fue un lago, siempre escogieron enfrentar el reto de hacer habitable un espacio que en principio no lo era. Desde mi óptica su valor es encomiable, han conquistado un páramo feraz y lo han convertido en el lugar de construcción de sus hogares y desde luego han tenido que pagar el precio de su hazaña. Los holandeses le han ganado espacio al mar para extender sus cultivos, los chalquenses de las nuevas colonias han urbanizado los terrenos del antiguo lago y las han dotado de todos los servicios indispensables para la vida, sean escuelas, mercados, parques, estadios, centros de bienestar, servicios religiosos, delegaciones y negocios establecidos.
Empero los retos que enfrentan se renuevan cada año en el verano, cuando el lago parece recuperar su memoria y los vecinos padecen las nuevas inundaciones. Platicando con vecinos de las colonias mencionadas, hicimos el ejercicio de tratar de situar en cada colonia los sitios precisos donde se dan las inundaciones de manera recurrente y hemos obtenido un panorama general de las zonas de riesgo de inundación y los puntos de anegación que ocurren en las colonias asentadas dentro del viejo cuerpo de agua.
La narrativa de los vecinos que llegaron a poblar hace décadas las colonias señaladas poseen la riqueza de la veracidad de la experiencia de quienes han sufrido en carne propia los estragos de las inundaciones. Doña Paula Beltrán Ramos[2] nos da razón de lo que la lluvia produce año con año en la colonia La Bomba:
“…Sobre el Boulevard Cuauhtémoc desde el Hospital General hasta la calle 12 de octubre es una zona que se inunda cada año con las lluvias, y este año no fue la excepción. Las calles se anegan y el agua se mete en las casas. La llegada de las lluvias anuales es para muchos vecinos causa de preocupación y alarma, pues saben que si la lluvia es fuerte entrará a sus casas…”
Las colonias que tienen problemas de drenaje muestran rasgos particulares, así la colonia Emiliano Zapata sufre de inundaciones y hay en ella un lugar específico donde éstas se agravan pues allí hace muchos años explotaban los limos en la fabricación de ladrillo y dejaron huecos que aún después de ser rellenados, son zonas más bajas que el resto de los espacios. No obstante, esto no lo supe a través de nuestro informante Víctor Manuel Aboytes Rodríguez[3], quien describe el bajial que más problemas causa a los vecinos:
“…El tramo de la Calle Tierra y Libertad desde Código Agrario hasta Francisco Pacheco, es bajo y siempre se inunda. Cada vez que llueve se inunda, a esa área le llaman “La Compuerta”, porque el agua que ahí se contiene en los aguaceros, escurre hacía varias calles laterales donde el agua se estanca por varias horas, hasta que se va por el drenaje…”
La colonia frontera a la Emiliano Zapata a la que sólo las divide la carretera federal México Cuautla es la Nueva Santa Cruz Amalinalco, consulté a varios vecinos, entre ellos a Felícitas Anahí Martínez García[4] quienes coinciden en señalar no sólo los problemas que les causan los aguaceros anuales, sino también las grandes inundaciones del pasado de la colonia.
“…Existe un problema de drenaje en la colonia, las lluvias anuales, sobre todo ante los grandes aguaceros que inundan la colonia, en las calles la cortina de agua alcanza hasta medio metro y el agua se mete a las casas unos 10 centímetros. En 2013 hubo una inundación catastrófica que rebasó estos índices al subir el agua más de un metro y se metió a las casas. El problema se ha agudizado con los [sucesivos] encarpetamientos [asfálticos de la carretera] que han subido los niveles del piso y las casas quedan cada vez más abajo. Hay una tubería de 30 centímetros de diámetro que cruza la carretera federal y que es claramente insuficiente, se requieren obras de mitigación y la colocación de una tubería de al menos 72 centímetros de diámetro…”
Hay colonias ubicadas más hacia el fondo del antiguo lago como la colonia Jardines de Chalco en donde las calles del fondo de la colonia los vecinos sufren de inundaciones e incendios de los pastos que ahí se desarrollan. Entrevistamos a doña Amanda Araceli Ledesma[5], vecina de Jardines, quien nos comenta:
“…Hay dos zonas de riesgo, las zonas bajas que se inundan y el incendio de los pastizales al borde de la colonia. Cuando llueve se inundan las calles Oyamel, Mirasol, Alhelí, Floripondio, Jazmín y Yatzmín. Esa zona es la más baja de la colonia. Estas calles están en el fondo de la colonia, todo el espacio antes fue lago y esas calles están ubicadas hacia la parte más profunda. Ante precipitaciones mayores el tirante de agua llega a sobrepasar el metro de altura. Ante esas inundaciones muchas familias resultan damnificadas, el agua entra en sus casas, se contaminan sus cisternas. Los charcos permanecen hasta que ODAPAS con una máquina vactor extrae el agua anegada. Antes los vecinos hacían cepas o canales para desalojar el agua estancada. Cada año se incendian los pastizales que se extienden en la frontera de la colonia, representan un peligro para los vecinos, ya que en ocasiones las llamas han llegado hasta las casas. Protección civil acude ante el llamado de las autoridades delegacionales para apagar el fuego…”
Don Rogelio Galván[6], vecino de la colonia Tres Marías, me explicó lacónicamente, aunque con toda claridad en dónde se encuentran los problemas de drenaje de su colonia:
“…Las calles Soledad, Ángeles y San Miguel se inundan debido a que son las partes más bajas de la colonia…”
En entrevista hecha en la colonia San Miguel Jacalones II, don Germán Pacheco[7] vecino de esa comunidad ha narrado su recuerdo de las terribles inundaciones de los años 1992 y 2010:
“…La colonia se inundó en la época en que gobernaba el municipio el Lic. Javier Téllez. El municipio sacó el agua hacia Culturas. Hubo muchos damnificados, y la presidencia puso albergues y les daban de comer a las personas sin costo. Una segunda gran inundación ocurrió en 2010, una persona murió a causa de esa contingencia, el agua subió mucho en las calles Juan Fernández Albarrán, 16 de septiembre, 2 de marzo. Una explicación que les han dado es que en la calle 10 de marzo la tubería está fracturada y la van a arreglar. Pero lo cierto es que la colonia tiene zonas muy bajas fácilmente inundables. Los vecinos recuerdan la inundación de 2010, cuando se desbordó el Canal de La Compañía, hubo bastantes familias damnificadas …”
El mismo señor Pacheco explica los puntos precisos donde ocurren inundaciones anuales en la colonia mencionada:
“…Entre la Avenida Solidaridad, y las calles 10 de mayo y 2 de marzo, Alfredo del Mazo, Ignacio Zaragoza y Zacapoaxtla son registradas inundaciones cuando hay mucha lluvia, las tuberías se saturan y el drenaje sale al interior de las casas. Las inundaciones afectan a la red de agua potable, ya que al abrir las llaves el agua sale apestosa. …”
Doña Maricela Cesáreo Guerrero[8] vecina de la colonia Nueva San Isidro, comenta que en su comunidad no han ocurrido grandes problemas meteorológicos durante el curso de su historia, con excepción de una tormenta que arrancó los techos de algunas casas y causó daños a varias familias:
“En el año 2002 hubo una tormenta, un mini tornado muy fuerte que arrancó los techos de las viviendas, muchas casas sufrieron serios daños y al menos a diez casas se les voló el techo de lámina de cartón, que no estaban bien sujetos, sino que eran provisionales y sujetos con tabiques. A los damnificados que perdieron sus techos el gobierno les dio material para que hicieran sus casas de losa, pero la oferta estuvo limitada para quienes eran propietarios de sus casas, no así a los que rentaban”.
Una colonia con riesgo latente de sufrir inundaciones debido a que se ubica al costado sur y a todo lo largo del Canal de La Compañía es la colonia Agrarista. Doña Azucena Flores[9] vecina de la colonia en la entrevista nos habla de ese peligro latente:
“…Los vecinos de la colonia viven con el temor de un desbordamiento del Canal de La Compañía, sobre todo en la zona en que se ubica el cárcamo, que en el pasado ha sido el origen de las dos grandes inundaciones de la colonia, hacemos referencia a las inundaciones del año 2000 y a la del año 2010 que anegó una parte de la colonia y hubo familias damnificadas. Esas inundaciones que fueron más catastróficas para las colonias vecinas de El Triunfo, en Valle de Chalco, y en Unión de Guadalupe fueron un suceso que los vecinos no olvidan y los mantienen en alerta en toda la temporada de lluvias…”
Algo semejante ocurre con la vecina colonia Alcanfores, que está ubicada frente a la colonia Agrarista, y se extiende en el costado norte del Canal de La Compañía y comparte los mismos riesgos de desborde del canal que su vecina del sur.
Finalizamos este recuento de las colonias con problemas de drenaje con la colonia Nueva San Miguel donde la vecina de esa comunidad doña Georgina Uc[10] describe algunas calles que fueron construidas en una zona baja:
“…La calle prolongación 5 de mayo es la que tiene el peor drenaje. Desde Pino hasta Margaritas. En esos puntos llega a subir el agua como 40 centímetros. Las calles Lirio Margarita, Azucena y calle San Miguel también se inundan. Estas calles fueron construidas en un vado de 90 centímetros. Cuando llueve fuerte el agua se estanca por una hora y media, pero cuando el agua se va por el drenaje deja toneladas de lodo…”
La señora Uc precisa los puntos críticos donde cada año suceden las inundaciones:
“…Existen tres zonas bajas que sufren inundaciones en la temporada de lluvias, una de ellas situada en la Avenida San Pablo, que ha sido rehabilitada del drenaje que se hizo y que ya se solucionó permanentemente. Otro de los puntos es en la intersección entre la Calle Azucena y la Calle Sauce, que debe estudiarse si este problema tiene solución técnica, por lo pronto hay ahí una confluencia de dos drenajes que con las aguas causan inundaciones con un tirante de hasta 1.5 metros, afectando a unas diez familias. Además de los trastornos del agua, cuando se seca deja lodos muy contaminantes que levanta el viento. Un tercer punto es en la calle Lirio, que se inunda igualmente, pero ese punto si tiene drenaje, pero se desagua lentamente…”
Diferentes acciones de gobierno y de particulares han ido rellenando con escombro muchas de las áreas más bajas generalmente antes de que sean pobladas, esta acción es evidente para cualquier persona que pase por la carretera Chalco Tláhuac, lo cual sin duda es una medida para subir su nivel y mejorar la seguridad civil, aunque también debe considerarse el hecho del hundimiento del suelo que en muchos lugares ha alcanzado los 9 metros. En todo caso, habitar una zona que antes fue lago siempre implicará un riesgo y los vecinos que ahí se asienten deberían estar perfectamente informados, no para que no se atrevan a habitar un lugar así, sino para que pongan en la balanza cuál puede ser el costo-beneficio de una decisión en un sentido u otro.
[1][1] Tortolero Villaseñor, Alejandro, “Haciendas, pueblos y gobierno porfirista. Los conflictos por el agua en la región de Chalco.” En Entre lagos y volcanes. Chalco Amecameca pasado y presente. Colegio Mexiquense y Ayuntamiento de Chalco, México 1993.
[2] Entrevista con doña Paula Beltrán Ramos en la colonia La Bomba el 9 de abril de 2017.
[3] Entrevista a Víctor Manuel Aboytes en colonia Emiliano Zapata el 15 de agosto de 2017.
[4] Entrevista a Felicitas Martínez en Palacio Municipal de Chalco el 26 de agosto de 2017.
[5] Entrevista a Amanda Ledezma en Colonia Jardines de Chalco el 18 de agosto de 2017.
[6] Entrevista a Rogelio Galván en Palacio Municipal de Chalco el 23 de agosto de 2017.
[7] Entrevista a Germán Pacheco en colonia Jacalones II el 24 de marzo de 2017.
[8] Entrevista a Maricela Cesáreo en Colonia Nueva San Isidro el 11 de julio de 2017.
[9] Entrevista con Azucena Itzel Flores en colonia Agrarista el 15 de marzo de 2017.
[10] Entrevista con Georgina Uc en colonia Nueva San Miguel el 27 de marzo de 2017.