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1 de julio

   SAN MATEO HUILTZIZINGO, Méx.- Hacinados en una celda de tres metros  cuadrados conviven hasta 30 reclusos, que duermen en camarotes por los que son obligados a pagar tres mil pesos para usarlos en el penal de Huiltzizingo.

   Golpes, sobre población, cobros por visitas familiares, por llamadas telefónicas, por alimentos y castigos excesivos, además de extorciones continuas, fueron denunciados por el familiar de un interno.

   Sonia, decidió denunciar las arbitrariedades en contra de internos, cometidos con el consentimiento de Dalmasio Becerril T, director del penal.

   Reconoció que la estancia de los presos en el penal no es un centro vacacional, pues todos tienen que pagar su castigo por el delito que hubiesen cometido, pero tampoco es justo que sean tratados de lo peor sin justificación.

  Informó que recientemente las visitas a los presos han comenzado a regularse, también las anomalías y extorsiones lo han hecho, y ella se está arriesgando a que de ser identificada, arremetan contra su familiar dentro del penal, si es así, por lo menos los hechos quedaran denunciados públicamente.

“Ya son varias veces las que hemos pedido una audiencia con el licenciado Becerril para pedir que cesen los hostigamientos a nuestros familiares, sabemos de antemano que eso no va a suceder, pero por lo menos el antecedente de que alguien lo ha hecho quedará”, apuntó Sonia.  

   La tarde del domingo 16, varios familiares pidieron ser atendidos por el director del reclusorio, pero como sucedió en otras ocasiones, nuevamente fueron informados que no se encontraba.

   Sin otro camino, sólo dijeron que esperan que la denuncia pública realizada a AMAQUEME sea vista por las autoridades correspondientes y alguna de ellas tome cartas en el asunto.