13 de marzo
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Jorge Martínez Cordero

   TENANGO DEL AIRE, Méx.- Manuela Mejía Hernández lleva la mitad de su vida padeciendo artritis reumatoide, enfermedad que deformó sus manos,  inutilizándoselas casi por completo, lo cual no le impide tejer servilletas.

    La vida de Manuela ha sido un viacrucis, pues además de llevar 32 años luchando contra su enfermedad crónica degenerativa, hace 17, cuando tenía 47 años, sufrió un infarto cerebral que la imposibilitó para caminar.

    Entrevistada por el reportero de AMAQUEME en la tranquilidad de su hogar, aseveró que todo ello no ha sido un impedimento para enfrentar la vida y valerse por sí misma.

   Oriunda de San Juan Coxtocan, dijo que a pesar de contar con la ayuda de sus hijos e hijas, intenta a toda costa valerse por sí misma, por lo que desde hace diez empezó a bordar servilletas que vende entre sus conocidos para ayudarse económicamente.

   El tiempo que duró la entrevista, el reportero constató sus esfuerzos para coser, manejar las tijeras y en mayor medida, meter el hilo a una aguja, pues por la deformación de sus manos no tiene fuerza.

   Sentada en el borde de su cama,  con voz baja, pero clara y firme, la diminuta figura de doña Manuela se engrandece cuando aclara que la enfermedad no la ha derrotado, pues aun sin salir de su recámara, se mantiene ocupada la mayor parte del tiempo.

    “Ninguna persona se debe dejar derrotar por los problemas que tenga, todo tiene solución, siempre hay que salir adelante por difícil que sean los tiempos” aseguró la mujer de 64 años, que tras el cubre bocas que usa esboza una sonrisa.

   Explicó que tarda una semana en bordar las flores o frutos de una servilleta de 50 por 50 centímetros que vende a 50 pesos.

   Aclaró que también borda más grandes, pero cuestan 80.

    Dijo que también vende sábanas, colchas y cobertores y de lo que obtiene se ayuda en sus gastos personales para no ser una carga para sus hijas.