12 de marzo
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Mónica Martínez Rivera

TEPETLIXPA, Méx.- Daniel González Soriano uno de los seis armeros en México especializados en hacer armaduras medievales de combate, iguales a las utilizadas en durante la edad media.

   Fue su gusto e interés por esa época de la historia que junto con su hermano Eduardo, lo llevó a profesionalizarse a en este único oficio.

   Los dos consanguíneos son oriundos de Tepetlixpa y empezaron a hacerlas hace seis años y por la calidad de su trabajo, las venden a Estados Unidos, Argentina y en varios estados de la república.

   Daniel explicó a AMAQUEME que un reportaje de Miguel Ángel Wallace, experto en armas y combates medievales lo motivó a contactarlo para aprender lo que hacía, batallando un año para lograr conocerlo, les comprara sus armaduras y los invitara a participar en un encuentro medieval nacional.

   Dijo que fue a partir de ahí, cuando con su hermano perfeccionaron su trabajo y lo primero que lograron fue darle movimiento a sus armaduras y mejorar los acabados

   Recordó que en el 2015 se presentaron por primera vez en el Festival Medieval. La Marquesa, donde conocieron a combatientes y personas del medio, quienes comenzaron a adquirir sus armaduras.

   Sin embargo, precisó que  fue Slavansky,  el segundo capitán de la Confederación de Combate de México quien los ingresó a este deporte.

    Daniel indicó  que la edad media comprende los siglos IV al XVI aproximadamente, por ello hay distintos tipos de armaduras, como la samurai, gótica, española, mongolas y vikingas, que él elabora totalmente a mano.

   Entrevistado en su casa, dijo que el proceso inicia calentando y golpeando lámina negra o acero inoxidable material con la que forma las armaduras.

   Refirió que también hace armaduras de ornato, como el pedido de los caballeros del Zodiaco, la del signo de géminis y la de Leo, esta última se encuentra en proceso.

   Externó que regularmente el proceso para forjar el yelmo, que consta de casco, guantaletas, peto y zapatones, dura de 45 días a seis meses.

   Detalló que una armadura también lleva brazos, el escape, que no es más que la muslera, espadín o la tela acolchonada para evitar que el acero toque la piel, y la cota de malla.

   Dijo que es mecánico automotriz, pero no ejerció su carrera, pues la armería es su pasión, que compartía con su hermano Eduardo, pero falleció hace un año.

   Contó que su hermana Nancy se dedica al combate escénico medieval.

    Por último, agregó que fue su papá Martín González su primer maestro que les enseñó el oficio de la metalistería, pues para mantener a la familia, hacía espejos, lámparas, repujados, así como armaduras de ornato y escudos  de lámina negra.

   Apuntó que las armaduras que hace varían de precio, pero las hay de tres mil hasta 35 mil pesos.