
Jorge Martínez Cordero
CHALCO, Méx.- Con la ilusión de juntar 300 pesos para regalarse un pastel para festejar su cumpleaños número 11, cuadrado y con mucho chocolate, Rita se levantó la mañana del viernes 30 de octubre.
Entusiasmada para cumplirse su objetivo, inició su jornada diaria de trabajo como lustradora de zapatos.
Rita Ortega Segundo sólo tiene 11 años y trabaja en los alrededores del jardín municipal.
La niña comentó a AMAQUEME que por la mañana toma sus clases virtuales de quinto grado de primaria y luego de ello, desde hace un mes consiguió un cajón de bolero para empezar a trabajar.
En su morral guarda el banquito donde se sienta para dar grasa, que carga en la espalda y sale acompañada de su mamá al centro de Chalco a trabajar, ella de bolera y su madre vendiendo dulces.
Aseguró que nunca acepta dinero que no sea ganado con su esfuerzo.
Dijo que cobra 15 pesos la boleada, aunque no siempre con éxito, pese a que buen número de transeúntes pasa a su lado sin voltearla a ver, ni escuchar que les ofrece lustrar su calzado.
Otros, aseguró, sólo la ven con asombro.
Originaria de San Lucas Amalinalco, la cumpleañera ya tiene el rostro quemado por el sol, debido a las horas que pasa en la calle o sentada en su banquillo, con su pelo recogido en una “cola de caballo”.
Confesó al reportero que también ocupa el dinero que gana para comprar los útiles que va necesitando y pagar impresiones que le piden en sus clases.
“Me faltan 200 pesos para mi pastel, porque ya junté 100”, confió la niña, esbozando una sonrisa de esperanza.
Segura de que los va a juntar, apenas si responde las interroganrtes del reportero, o quizá, también cansada por lo asoleada.
Externó que diario trabaja de dos a seis de la tarde en los alrededores del parque, luego de haber tomado sus clases.
Aseguró que le gustaría regalarse en su cumpleaños número 11 un mejor teléfono celular para tomar sus clases, pero para ello debe trabajar más y juntar lo que cuesta el que quiere, pero también le gustaría tener otra clase de ropa.
Comentó que el oficio se lo enseñó su papá que trabaja con su hermano mayor de bolero en el centro de la Ciudad de México, siendo ella la segunda de cinco hermanos.
“Va hacer un cumpleaños muy diferente y difícil ésta vez, pero espero completar los 300 pesos y comprarme mi pastel”, enfatizó Rita.