
Valeria Ramírez del Ángel
SAN MARCOS TECOMAXUXCO.- José Alfredo Sánchez Rivero, nieto de Gregorio S. Rivero guarda documentos, fotografías y objetos que pertenecían a este importante coronel zapatista.
La reportera de AMAQUEME acudió al domicilio de José para conocer la historia de su abuelo, quien en 1910 se unió a la ejercito zapatista a los 32 años y cuya casa fue por mucho tiempo cuartel del ejército libertador del sur, ubicada en la calle José María Morelos 34.
José mostró documentos como el acta de defunción y testamento de su abuelo, quien también fue dos veces presidente de este municipio, destacando una carta que le envió Emiliano Zapata.
Contó que los objetos históricos que tiene en sus manos los encontró en unos cuartos de la casa cuando se mudó a ella en el 2010, donde también estaban unos cuadros que mostró con orgullo.
“Yo llegué aquí en el 2010, un día me puse a escombrar y en la parte de arriba había un tapanco, en él una caja de cigarros de una marca que ya no existen, estaba un folder rosa enredado con una media, dije es basura, pero cuando lo vi decidí guardarlo y por anécdotas de mi madre y tías puede saber de mi abuelo”, detalló
Narró que el coronel nació el nueve de mayo de 1878 y fue hijo de José Nicanor Rivero y de Gregoria Solís; tuvo tres matrimonios: del primero nació Aurelia Rivero, en el segundo procreó a siete: Adolfo, Rosenda, Lupita, María, Cirenia, Juanita y Ramiro, de apellidos Rivero García y en el tercero a Pedro y a Severiano Rivero Pérez.
José Alfredo platicó que dentro de los relatos orales que se contaban sobre el coronel Gregorio, fue que en el cuartel se asesinó al general Everardo Rodríguez, porque supuestamente no estaba de acuerdo con algunos ideales del coronel.
“Dicen que un día lo invitaron a comer, pero la comida estaba envenenada y fue como asesinaron a otro personaje importante, originario del municipio de Juchitepec, Everardo Rodríguez”
Dijo que después de terminar la revolución su abuelo se licenció como coronel y se dedicó al campo, falleciendo un nueve de febrero de 1948 a los 70 años por colibacilosis.
Comentó que no tuvo la fortuna de conocerlo, pero se siente orgulloso de conocer su pasado y compartir anécdotas que le contaban sus familiares para que las conozcan las nuevas generaciones.
“Quien no conoce su pasado no conoce a ciencia cierta su presente, es un orgullo pertenecer a un general que participó en una gesta, creo somos el último municipio pero lleno de personajes histórico, no sólo de la revolución”, asentó
Refirió que su abuelo es un personaje muy reconocido en Ecatzingo, porque además de haber sido dos veces presidente municipal, ayudó a la creación de un depósito de agua.
Su tumba se encuentra ubicada en la iglesia central de esta delegación, en la que se encuentra un placa de agradecimiento a Gregorio S. Rivero.