13 de marzo
110

Jorge Martínez Cordero 

  SAN MATEO HUILTZIZINGO, Méx.- Abuso de autoridad de custodios, maltratos físicos, venta de protección y de drogas, cobros por utilizar dormitorios y riñas constantes son consentidas por el director del penal, denunciaron familiares de internos.

   Con ese propósito, la tarde del sábado 20 más de 150 personas se manifestaron frente al Centro de Readaptación Social.

   Entrevistadas por AMAQUEME afirmaron que tales irregularidades perjudican la seguridad de los convictos y se realizan con el conocimiento de Dalmacio Becerril Tapia.

   Mencionaron que el jueves 18 de febrero, como otras tantas veces ha sucedido, se registró  una riña entre los internos, asegurando que hubo varios heridos por  arma punzo cortante.

   Revelaron que dentro del penal hay dos reclusos, Edgar Adrián Mena Durán, alias “El greñas” y Luis Alberto Madera Contreras, alias “Madera” que mantienen el control en una de las áreas y son los responsables de muchas de las riñas donde siempre hay heridos.

   Por razones obvias, princiopalmente por su temor a que sus familares que están recluidos sufran represalias, se abstuvieron de informar sus identidades.

   Pidieron a los medios de comunicación presentes en la manifestación dar a conocer sus denuncias, al tiempo de exigir la inmediata intervención de autoridades superiores para que destituyan al responsable del penal.

   Los denunciantes aseveraron que sus familiares les han confesado que los internos señalados actúan con toda impunidad y protección de los custodios, ya que entregan una cuota semanal de dinero a Becerril Tapia para que los deje trabajar.

   Afirmaron que cuando los problemas empiezan a salirse de control, el director pide la intervención del cuerpo especial de la policía estatal para que realicen operativos, donde arbitrariamente golpean a los reclusos, dejándolos desnudos  varias horas e incomunicados.

   La denuncia pública, enfatizaron, es con la finalidad de que autoridades del gobierno estatal se enteren de los abusos cometidos en contra de internos, con el consentimiento de Dalmacio Becerril.