
El acoso laboral o Mobbing
Maestra Martha Riva Palacio Monroy.
Saludo cordialmente a todos los lectores del periódico AMAQUEME, medio de comunicación, difusión y divulgación de la región de los volcanes, a la vez que los invito a leer un poco sobre un tema diferente, hoy no hablaremos de Física… ¡hoy hablaremos de las mujeres!
En la actualidad, en diversas partes del mundo, seguimos marcando diferencias entre hombres y mujeres.
Desde una perspectiva histórica, la mujer siempre ha sido considerada inferior al hombre.
A pesar del avance en materia de género, nuestra sociedad sigue reproduciendo la violencia de género entre individuos, fortaleciendo y remarcando las diferencias entre hombres y mujeres. Estas diferencias se encuentran en diversos sectores de la sociedad, tanto en lo público como en lo privado, en lo familiar como en lo social, e incluso en el sector educativo.
La sociedad mexicana, entre muchas, se caracteriza por marcar las diferencias de género, donde generalmente se coloca a lamujer como inferior al hombre.
En la sociedad encontramos diversos tipos de violencia de género ejercida tanto por hombres como por mujeres, sin embargo, generalmente es la mujer a quien se le presenta más acentuadamente desde su nacimiento, desarrollo y vida cotidiana.
En este articulo hablaremos de manera especial de aquellas mujeres trabajadoras que sufren “acoso laboral” o también conocido como “mobbing”
En México, las mujeres representan más de la mitad de la población nacional, sin embargo, la participación que las mujeres mexicanas tienen en la vida laboral es escasa debido a que, para acceder a este mercado, la mayoría de las veces deben enfrentarse a diversas barreras, tanto informales como formales.
Las primeras son aquellos obstáculos poco visibles e inconscientes, que tienen que ver con la formación que se hace desde el hogar y los roles que se tienen preasignados en la sociedad: tareas como el cuidado de los hijos, las labores del hogar o asistir a algún familiar por alguna situación de salud, que automáticamente son concedidas a las mujeres.
Por otro lado, en lo que respecta a las barreras formales, encontramos estructuras laborales muy poco flexibles, jornadas obligatorias que no fomentan programas de apoyo, así como dificultades para tener un historial de antigüedad en una empresa, debido a que pueda realizarse una pausa por cuestiones como la maternidad.
Otro problema que se enfrenta es el fenómeno de acoso laboral o mobbing en las trabajadoras, éste ha aumentado en los últimos años. Los factores que contribuyen a la aparición del acoso laboral son el empleo que no es estable, el incremento del ritmo de trabajo para cumplir plazos estipulados y conseguir objetivos, así como el aumento del trabajo femenino. El acoso laboral en la mujer representa en la actualidad uno de los riesgos ocupacionales más graves, ya que causa efectos perversos en el bienestar físico y psicológico de las trabajadoras y constituye un grave problema en la sociedad del siglo XXI.
Un fenómeno mayor es la violencia laboral. Este concepto va más allá de la simple agresión física e incluye conductas que son susceptibles de violentar e intimidar a quien las sufre. Así la violencia en el lugar de trabajo incluiría las conductas físicas o verbales amenazantes, intimidatorias, abusivas o acosantes.
También existe el acoso sexual que no debe confundirse con el acoso laboral, aunque el acoso sexual puede ser parte del acoso laboral, la diferencia fundamental con el acoso en el trabajo es que con éste se busca la autoeliminación laboral a través de un hostigamiento denigrante planificado, mientras que en el acoso sexual se busca otro fin de naturaleza diferente, puesto que busca simplemente el acercamiento sexual valiéndose de la empresa.
Dados los evidentes signos externos que se manifiestan en la violencia física en el entorno laboral, ésta es más fácil de detectar, sin embargo, no ocurre lo mismo con la violencia psicológica la cual en muchas ocasiones puede negarse o deformarse. Por lo tanto, la violencia en el trabajo se manifiesta como un abuso de poder con el objetivo de doblegar la conducta de otro mediante la utilización de la fuerza física yo psicológica.
Uno de los elementos más característicos del acoso laboral es que no deja rastros visibles y las secuelas son las propias del deterioro psicológico que presenta la víctima, las cuales fácilmente pueden atribuirse a problemas personales o de relación con sus compañeros de trabajo. Así él o los acosadores inician este proceso motivado por distintas razones: celos profesionales, envidia donde esta última no se focaliza sobre los bienes materiales de la víctima, sino sobre sus cualidades personales positivas, como su inteligencia, capacidad de trabajo, razonamiento, etcétera. En las organizaciones, el mobbing o acoso laboral puede afectar indistintamente a cualquier nivel jerárquico y a hombres o mujeres.
Este fenómeno se manifiesta en tres formas:
1. Ascendente: donde una persona con rango jerárquico superior en la organización es agredida por uno o varios subordinados. Esto ocurre en forma general cuando se incorpora una persona desde el exterior y sus métodos no son aceptados por sus subordinados, o porque ese puesto es ansiado por alguno de ellos. Otra modalidad dentro de este tipo es aquella en que un funcionario o trabajador es ascendido a un cargo donde debe dirigir y organizar a antiguos compañeros, los cuales no están de acuerdo con la elección.
2. Horizontal: en esta categoría, las conductas de acoso pueden ser ejecutadas por un individuo ó por un grupo en contra de otro trabajador. En este último caso, se sabe que un grupo tiene una identidad y comportamientos que son propios, se rige por reglas y códigos los cuales no corresponden a la suma de los comportamientos individuales de sus miembros, bajo esta premisa un trabajador puede ser acosado por los restantes miembros del grupo ó al no pertenecer a él, el grupo lo toma como blanco de sus ataques.
3. Descendente: esta modalidad es la más habitual, donde la víctima se encuentra en una relación de inferioridad jerárquica o de hecho con respecto al agresor. Las conductas ejecutadas por la persona que ostenta el poder tienen por objetivo minar el ámbito psicológico del trabajador, ya sea para mantener su posición jerárquica o como una estrategia de la organización para que el afectado se retire en forma voluntaria sin que ésta incurra en costos económicos compensatorios.
El acoso laboral tiene formas de expresión muy variadas, presentamos a continuación algunas de las más habituales:
a) Ataque a la víctima a través de medidas organizacionales.
• Designar los trabajos peores o más degradantes.
• Designar trabajos innecesarios, monótonos o repetitivos.
• Designar tareas por debajo de sus cualificaciones o habilidades.
• No asignar ningún tipo de trabajo.
• Exceso de trabajo (presión injustificada o establecer plazos imposibles de cumplir).
• Tácticas de desestabilización: cambios de puesto sin previo aviso, intentos persistentes de desmoralizar o retirar ámbitos de responsabilidad sin justificación.
b) Aislamiento social.
• Restringir las posibilidades de comunicación por parte del superior o de los compañeros.
• Traslado a un puesto de trabajo aislado.
• Ignorar a la persona o no dirigirle la palabra.
c) Ataques a la vida privada de la persona.
• Críticas constantes a la vida privada.
• Terror a través de llamadas telefónicas.
• Atribución de fallos psicológicos y de falsas enfermedades.
• Burlarse de algún defecto personal.
• Imitar los gestos o la voz de la víctima.
• Ataques a las actitudes y creencias políticas y/o religiosas.
d) Violencia física.
• Acoso o violencia sexual.
• Amenazas de violencia física.
• Maltrato físico.
e) Agresiones Verbales.
• Gritar o insultar.
• Críticas permanentes al trabajo de las personas.
• Amenazas verbales.
El desenlace habitual de la situación de acoso laboral suele significar la salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa.
Conclusión
La incorporación de las mujeres al mercado laboral ha supuesto en buena medida la transformación de las relaciones familiares, que se han visto impregnadas por serios obstáculos cuyo origen se encuentra en el papel que tradicionalmente ha asumido la mujer de forma natural, siempre o casi siempre vinculada con responsabilidades familiares. Este hecho, hace necesario configurar un sistema que contemple las nuevas relaciones sociales surgidas y un nuevo modelo de cooperación y compromiso entre mujeres y hombres, que permita la plena igualdad entre sexos. La igualdad entre sexos es un principio fundamental, que impone la obligación de promover dicha igualdad en todas las actividades y reclamar a los poderes públicos e interlocutores sociales un conjunto de medidas que eviten cualquier forma de violencia en el lugar de trabajo.
La violencia contra la mujer es una medusa de múltiples cabezas y hay que cortarlas todas, una a una, pero al final hay que ir al corazón de la bestia, es claro que la violencia en general sigue siendo parte de la sociedad en la que vivimos. Asimismo, la violencia de género se sigue reproduciendo en diversos rubros donde, tanto hombres como mujeres, siguen siendo educados bajo los roles de género basados en un patriarcado.
En nuestras manos está el cambio, debemos luchar por fortalecer una verdadera equidad que nos permita consolidar a México como una nación diversa y pluricultural, fundada en la libertad de creencias y de cultos; en la equidad de género que sea real entre hombres y mujeres.
Es nuestro deber y compromiso como ciudadanos conscientes, buscar oportunidades para todos los mexicanos, donde el propósito sea reducir las desigualdades entre los que más tienen y quienes menos poseen; y para acabar con toda forma de explotación y de opresión.
¡Inclusión es transformación… Las mujeres somos transformación!
Bibliografía
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S018825032008000200003&script=sci_arttext. El hostigamiento laboral como forma de discriminación: un estudio cualitativo de percepción.
Acoso psicológico en el trabajo: “Mobbing”. Doctor Javier Caballero Rendón, médico familiar. Pol. 9 de Abril CNS. Revista Paceña de Medicina Familiar; Rev Pac Med Fam 2012; 2(2): 132-138. http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2012/08/14/mexicanos-sufren-bullying