13 de marzo
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    OZUMBA, Méx.- Rosa Castañeda Varela recordó que cuando niña, los diferentes componentes para elaborar la pólvora se molían en el metate y los castillos se armaban sobre un tronco de árbol.  

    En entrevista con AMAQUEME, reveló que su familia es la pionera de la pirotecnia en este municipio, pues tiene más de un siglo dedicándose a este riesgo oficio.

  Rosa, presumió a la reportera, “nació y creció en la pólvora”, pues desde que tiene uso de memoria ha trabajado en la elaboración de fuegos artificiales, actividad que la inició su tatarabuelo, la siguió su abuelo, él le enseñó a su papa y este a sus hijos-

   Contó que en el pueblo sólo había cuatro pirotécnicos, Agripín Silva, Serapio Cuéllar, Joaquín Reyes y su abuelo Eduardo Castañeda.

    “Elaboraban la pólvora moliendo sus ingredientes en el metate, después la molían en un barril de manera manual, ayudados de una palanca, actualmente ya se le integró un motor de gasolina”, relató la entrevistada, madre del actual candidato del PRD a la alcaldía de este municipio, Freddy Fragoso Castañeda.

    Cuando niña, dijo que su abuelo y su papá armaban los castillos sobre un murillo de un árbol seco, los dados y portadas se acomodaban en él para que después, ayudados de unas tijeras se parara el tronco para quemarse.

   “Esto ha cambiado porque ahora se elaboran estructuras de madera que son más resistentes, por ello las figuras también son más grandes y tienen más cantidad de luces, mejorando las imágenes”, refirió.

   Indicó que aun cuando en la actualidad existen más talleres, hizo hincapié que muchos de ellos son de trabajadores que se independizaron, porque los verdaderos pirotécnicos son contados.

    Confió que su familia ha vivido de la elaboración de fuegos artificiales, oficio que ha compartido y enseñado a su esposo Pablo Fragoso Zárate, con quien desde hace más de tres décadas tienen su propio taller que lleva el nombre de “Pirotecnia Fragoso” donde fabrican de manera artesanal, cuetes, castillos, toritos de dulces o corredizos.

    Doña Rosa Castañeda lamentó que con la pandemia la producción y ventas de bajó, porque desde hace un año no hay fiestas patronales y religiosas, que es la venta más fuerte que tienen, sin embargo, con sus ahorros, la venta de cuetes y toritos se han ido manteniendo.

    Aseguró que al negocio familiar ya se integraron sus nietos, como antes lo hicieron sus dos hijos, Pablo y Freddy, que aprendieron y trabajaron la pólvora, y en este oficio se formaron y se forjaron, aunque actualmente sólo el primero continúa dedicándose a ello.