
SANTA MARÍA HUEXOCULCO, Méx.- Tiradero clandestino en donde han arrojado animales muertos, lodo, arena, cascajo y el crecimiento de arbustos, terminaron por sepultar una barranca que permitía el flujo de las aguas de drenaje.
En la actualidad, las mismas aguas hediondas y contaminadas han buscado salida al verse obstruido su cauce invadiendo un camino antes ocupado para el tránsito de las personas impidiendo totalmente el paso.
Vecinos de la calle “Camino a Tlapala” externaron su preocupación, ya que en la parte donde tienen sus viviendas el paso de las aguas es constante y debido al cúmulo de desperdicio de construcción y basura, se provocan constantes desbordamientos de las aguas que afectan las casas cercanas.
El temor de las amas de casa en un recorrido con AMAQUEME por el lugar, manifestaron, es que pueda surgir un foco de infección donde las personas mayores y los niños serían los más vulnerables.
Trinidad Reyes, llegó a vivir con su familia hace siete años al lugar, desde entonces, cada temporada de lluvias se tienen que preparar para los desbordamientos que seguro les afectara como cada año.
Al igual que la familia de Trinidad, otras 30 más, sufren la misma problemática, algunas en mayor grado, que son las más cercanas al borde de la barranca, las cuales en el más reciente desborde, el agua entró hasta sus cuartos dañando varios de sus muebles y demás enseres domésticos y electrónicos.
Los habitantes señalaron que años atrás, la profundidad de la barranca era de casi cuatro metros, ahora en algunos puntos es de dos metros y medio, pero en otros casi está al ras de la calle, mientras que en su punto final, la barranca ya desapareció.
Los afectados declararon que, en los días de campaña, Miguel Gutiérrez Morales, presidente municipal, los visitó e hizo la promesa de que limpiaría el barranco para que el agua retomara su cauce y evitar los desbordamientos.
Hasta el miércoles 25 de agosto, a más de un mes de su visita, el edil no ha cumplido su palabra.