
Jorge Martínez Cordero
SANTA MARÍA HUEXOCULCO, Méx.- El depósito indiscriminado de basura, animales muertos, lodo, arena, cascajo y el crecimiento de arbustos, terminaron por sepultar una barranca que permitía el flujo de aguas negras.
En la actualidad, las mismas aguas contaminadas han buscado salida al verse obstruido su cauce, invadiendo un camino antes ocupado para el tránsito de las personas e impidiendo totalmente el paso.
Vecinos de la calle camino a Tlapala externaron su preocupación, ya que en la parte donde tienen sus viviendas el paso de las aguas es constante y debido al cúmulo de desperdicio de construcción y basura, se provocan constantes desbordamientos de aguas que afectan las casas cercanas.
En un recorrido que el reportero de AMAQUEME realizó por el lugar, a demanda de amas de casa, manifestaron su temor de que surja un foco de infección donde las personas mayores y niños serían los más vulnerables.
Trinidad Reyes, llegó a vivir con su familia hace siete años, desde entonces, cada temporada de lluvias tienen que preparar para los desbordamientos que seguro les afectaran.
Al igual que la familia de Trinidad, otras 30 más sufren la misma problemática, algunas en mayor grado, que son las más cercanas al borde de la barranca, las cuales en el más reciente desborde, el agua entró hasta sus cuartos dañando varios de sus muebles y demás enseres domésticos y electrónicos.
Los habitantes señalaron que años atrás, la profundidad de la barranca era de casi cuatro metros, ahora en algunos puntos se redujo a dos y medio, pero en otros casi está al ras de la calle, mientras que, en su punto final, la barranca ya desapareció.
Los afectados declararon que, en los días de campaña, Miguel Gutiérrez Morales, presidente municipal, los visitó e hizo la promesa de que limpiaría el barranco para que el agua retomara su cauce y evitar los desbordamientos.
Hasta el miércoles 25 de agosto, a más de un mes de su visita, el edil no ha cumplido su palabra.