
Jorge Martínez Cordero
CHALCO, Méx.- De todos tamaños, profundidades, escondidos y a la vista, son 90 baches existentes en la avenida Tierra y Libertad y prolongación Adolfo López Mateos en sus dos sentidos.
La Cuauhtémoc poniente hasta los límites con Valle de Chalco atraviesa siete colonias: Emiliano Zapata, ampliación Emiliano Zapata, Nueva San Antonio, Alcanfores, Nueva San Isidro, Agrarista y Unión de Guadalupe, que son las que tienen más hoyos.
Ocultos la mayoría bajo el agua, se han convertido en verdaderas trampas para automovilistas y riesgos mortales para motociclistas que han caído en ellos terminando lastimados.
Ante la indiferencia el gobierno municipal, pese al tiempo que ahí llevan, algunos agujeros han sido rellenados por comerciantes y vecinos con desperdicio de tabique.
Entrevistados por AMAQUEME, pobladores de las colonias señaladas atribuyeron el deterioro por las lluvias y el paso diario de camiones pesados, de transporte público, de volteo y trailers para llegar al puente vehicular de Tlapacoya e ingresar a la autopista Puebla-Ciudad de México, para evitarse el pago de la caseta de cobro de Chalco.
Javier Estrada de Jesús, vecino de la Agrarista dijo que el martes cinco de octubre, trabajadores del ayuntamiento se presentaron a tapar dos baches ubicados en la esquina de López Mateos y Ejidos de Tlalpizahuac.
“Pensé que iban a bachear toda la avenida, pero sólo taparon dos y se fueron, diciendo que sólo les habían reportado esos, a pesar de que a escasos siete metros se encontraban otros tres baches”, comentó.
El reportero gráfico de AMAQUEME recorrió toda la avenida en ambos sentidos cerciorándose de la denuncia hecha por vecinos.
Encontró que a la altura de la Nueva San Isidro existe también un registro de agua potable al que le robaron la tapadera de fierro.
“Me tocó ayudar hace dos semanas al conductor de un automóvil bien bonito que se quedó atorado en un hoyo tapado con agua, que al caer en él se rompió la suspensión; espantado el joven que manejaba se bajó en medio del agua, entre yo y otros cuatro vecinos más le ayudamos a sacarlo y orillarlo hasta que una grúa llegó”, contó Julián Castro, otro entrevistado.