Jorge Martínez C.
SAN MARTÍN CUAUTLALPAN, Méx.- “Trenzas” azucaradas, “chilindrinas”, “banderillas”, conchas, “orejas”, “ojo de buey”, “chinos”, panqués, “cuernos” y los infaltables bolillo y telera, son parte de la larga lista de piezas que diario se venden en las panaderías de los hermanos Martínez Anaya.
Trabajo, honradez y tenacidad, fue lo que desde la infancia aprendieron Jesús, Teresa, Daniel, Antonio, Orlando y Efrén, los seis hermanos de la segunda generación de panaderos conocidos en la región de los volcanes por la calidad de su producto.
Fue en 1961 cuando la fundó Daniel Martínez Rayón.
Con seis hijos que mantener, pero respaldado por Antonia Amaya Nolasco, su esposa, sacó adelante a la familia.
AMAQUEME entrevistó a Daniel, Antonio y Orlando, de 50, 48 y 45 años, quienes afirmaron que gracias a su tenacidad y esfuerzo, son reconocidos en Cuatzingo, Tlapala, Chalco, Atlazalpan, Huiltzizingo, Ayotzingo y en Ixtapaluca y Cocotitlan, donde el pan que elaboran es un alimento infaltable en las mesas de sus consumidores.
Los seis hermanos Martínez Anaya forman parte de la segunda generación en la historia de la panadería. Ellos son nietos del fundador que mantienen las enseñanzas del abuelo.
“Más que una forma de hacer dinero es nuestra manera de vivir, es como nos entregamos a la gente, en cada pieza de nuestro pan va el trabajo, amor y valor de la familia, ese es el secreto del éxito de lo que hacemos”, aseveraron los tres hermanos.
Comentaron que la creciente demanda de su producto los obligó a cambiar el horno tradicional por hornos modernos de mayor capacidad, lo que a su vez permitió crear más fuentes de empleo.
Aseveraron estar contentos de todas las enseñanzas brindado a decenas de trabajadores que han tenido a lo largo de los años, que les ha permitido a varios emprender su propio negocio.
Cada uno de los seis hermanos ha logrado independizarse y abierto su propia panadería, continuando con la tradición y llevando a muchos lugares el nombre de San Martín Cuautlalpan.
