13 de marzo
laberintoi

Joel Avelar de León

COMO TESORERO DE ECATZINGO durante el trienio 2013-2015, Jesús Tufiño Villanueva cometió diferentes irregularidades en el manejo de los dineros públicos, como dejar de pagar al Servicio de Administración Tributaria -SAT-, impuestos que sí descontó a trabajadores.

ASIMISMO, dicho personaje, que actualmente desempeña el mismo cargo en la administración municipal de Atlautla no pagó aguinaldos, ni sueldos de diciembre del 2015, ni tampoco la prima vacacional.

EN FORMA CONCRETA, de acuerdo a la información obtenida por el columnista, durante tres años de la gestión que encabezó Aarón villa Castillo, Tufiño Villanueva descontó impuestos a trabajadores, pero no los ingresó al SAT, acumulándose una deuda superior al millón de pesos al SAT.

TAMPOCO PAGÓ A DOS empresas constructoras por trabajos ya realizados en ese último año, que por razones obvias demandaron al gobierno entrante de Marcelino Robles Flores, 2015-2018-, que terminó pagándoles.

LO MISMO SE VIO OBLIGADO A hacer al SAT, abonando 250 mil pesos para evitarse problemas administrativos y legales innecesarios, lo que hizo al principio de su gobierno.

EN SU MOMENTO, Marcelino dio a conocer públicamente dichas irregularidades y trapacerías cometidas por el extesorero.

LO QUE SE DESCONOCE es si lo hizo por iniciativa propia, o con autorización del presidente municipal Villa Castillo, más preocupado por empinar el codo, que atender su gobierno e involucrarse en asuntos para él desconocidos .

QUIEN TERMINÓ DE PAGAR, cinco años después, fue la actual alcaldesa de MORENA, Rocío Solís Robles, previa denuncia en la Contraloría del Estado en contra de sus antecesores, Villa Castillo y Marcelino Robles Flores, pese a que este último nada tenía que ver.

DE ACUERDO MIS FUENTES, lo que sí hizo Marcelino fue iniciar una denuncia penal en contra de Jesús Tufiño por defraudación fiscal.

PESE A LO ANTERIOR y a su cuestionable trayectoria, fue contratado por el alcalde de Atlautla Hermenegildo Lozada Amaro desde el principio de su gobierno como contador general de la tesorería, no obstante que supuestamente no está certificado ni tiene cédula para desempeñar el cargo.

Y LO MISMO QUE HIZO EN Ecatzingo, empezó hacerlo en Atlautla, donde desde la segunda quincena de septiembre de este año dejó de pagar los salarios completos a los trabajadores, con la anuencia del munícipe Lozada Amaro.

ESE ABUSO YA LO PUBLICO AMAQUEME.

EMPLEADOS ENTREVISTADOS por la reportera de este medio regional denunciaron que fueron obligados a firmar la nómina completa y los descuentos seguirán hasta fin de año.

CUANDO EL EDIL se enfermó de Covid, a principios de marzo, con la ayuda del perverso secretario del ayuntamiento Jesús Eduardo Rodríguez Pacheco y de su prima la sindico, Sandra Luz Villanueva Castillo, Jesús Tufiño fue nombrado tesorero, luego de que, por mayoría de votos, el cabildo desconoció a Francisco Martínez Cardoso, quien ocupaba el cargo desde el inicio de la administración.

PARA ASEGURARSE el voto del cabildo, previamente Tufiño Villanueva dio un regalito de diez mil pesos a nueve de los diez regidores.

EL HECHO QUE MÁS me sorprendió y vaya que he visto infinidad de traiciones en las administraciones municipales, fue que, pensando que Hermenegildo Lozada ya no regresaría al cargo por la gravedad de su enfermedad, el secretario de la comuna fue el principal operador del despido del anterior tesorero, en complicidad con la síndico y de todas las maniobras posteriores para limpiarse su camino de presuntos enemigos.

Y EL ÚNICO QUE SE prestó a ello, aunque en buena medida alentado por su prima la sindico, fue Jesús Tufiño.

EN EL DESPIDO DE MARTINEZ CARDOSO, los tres citados personajes tomaron en consideración otras cosas.

LO ÚNICO CLARO de esa asombrosa trama, urdida por Rodríguez Pacheco y secundada por Sandra Luz, es que hicieron lo que les vino en gana durante la prolongada ausencia del presidente municipal.

CUANDO ESTE SE ENTERO, de todo lo que hizo el secretario, planteó al cabildo su despido, pero no pudo hacerlo porque ya contaba con el respaldo de nueve regidores y la señora síndico.

DE ACUERDO a mis fuentes, los tres señalados manejaron a su antojo la administración durante la convalecencia de Lozada Amaro, que nada podía hacer, tanto por sus limitantes físicas, como por su falta de carácter.

DURANTE ESE TIEMPO limpiaron su camino de personajes incomodos.