12 de marzo
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Alma Abilene Figuera López

   SANTIAGO MAMALHUAZUCA, Méx. Gerber Romero Méndez, “Pepito” padece el síndrome de acondroplasia, mejor conocido como enanismo, el cual le ha ocasionado discriminación y bullying a lo largo de su vida.

   Entrevistado por AMAQUEME, comentó que por más de 20 vendió pan arriba de un burrito, pero lamentablemente para él murió hace poco y ya no tuvo cómo desempeñar su trabajo.

    Confió que actualmente se gana la vida vendiendo dulces en un diablito y con lo que gana ayuda a su madre y él se mantiene, desafortunadamente, por su discapacidad continuamente sufre accidentes.

   «Desde toda la vida al caminar me caigo, me tropiezo constantemente y andar con el diablito me cuesta jalarlo, pero sigo adelante, porque dependo de lo que vendo», aseguró.

   Comentó a la reportera que sólo terminó la educación básica y no se ha casado ni tenido hijos, pero siempre ha sufrido de bullying.

   «Desde que tengo uso de razón la gente se burla de mí, cuando ando vendiendo mis dulces encuentro gente burlona, pero también la que me apoya», afirmó Gerber.

    Informó que aparte de vender dulces en calles de esta delegación, también vende en el mercado de Ozumba y en la plaza «Estado de México», cerca del kiosko.

    «Agradezco a las personas que me compran, me dan motivación y me ayudan mucho, hay quienes me dan consejos y también quien se compadece de mí y además de comprar mis dulces me regala dinero», señaló “Pepito”.

    Dio a conocer que el ocho de septiembre, miembros del grupo Gizvol-Ozumba se acercó a él para ofrecerle un triciclo que le ayude a desplazarse para vender sus dulces o pan.

    «Me dijeron que me van a apoyar con un triciclo, me lo entregan mañana jueves 14 de octubre”, indicó.

    Dio las gracias a la agrupación por haberlo tomado en cuenta y brindarle su ayuda.

    Dijo que lo llevaron a un taller de bicicletas en Ozumba para tomarle medidas con el propósito de que el triciclo se acoplara perfectamente a él.

    «A la gente sólo le pido que si me quieren ayudar lo hagan comprando mis productos», solicitó.

    Pepito dijo que hace un tiempo trabajó en una cremería de Ozumba, pero el dueño lo despidió por su condición física.

    «El patrón me dijo que ahí no podía trabajar porque necesitaban personas que cargaran bultos y me dijo que para mí ya no había trabajo», recordó.

   Explicó que debido a su estatura, su ropa es especial y la manda a hacer para que le quede bien y sus zapatos se desgastan constantemente porque al caminar arrastra mucho los pies debido a la discapacidad que padece.

    Su madre, Nicolasa Méndez Flores, de 88 años, presente en la entrevista realizada en el patio de tierra de su humilde vivienda, dijo sentir tristeza porque su hijo se golpea constantemente mientras trabaja y sufre de burlas en la calle.

    «Una vez se cayó del burro y se fracturó la pierna, fue un accidente triste, mis hijas lo llevaron al hospital a Cuautla y allá lo operaron», externó

    Después de recuperarse del accidente, Gerber siguió trabajando para llevar el sustento a su hogar.

   “Empezó a vender pan pero ganaba muy poco, a veces ganaba 20 o 30 pesos», dijo entre lágrimas.

    Aprovecho la entrevista con AMAQUEME para solicitar a las autoridades y a los lectores su apoyo para que su hijo pueda salir adelante.