12 de marzo
41

Abilene Figueroa López.

    POPO PARK, Méx.- existe una leyenda en esta comunidad, que pobladores de edad avanzada aún recuerdan, sucedida durante la revolución, cuando Eufemio Zapata, hermano del caudillo del sur puso sitio con sus tropas a la hacienda de Guadalupe de San Juan Tehuixtitlán, además saqueó y quemó las viejas casonas de Popo Park.

La presente leyenda fue contada por don Salvador Hurtado Ponce a vecinos de esta localidad y de San Juan Tehuixtitlán.

   Actualmente radica en la Ciudad de México, pero los pobladores aún recuerdan la historia relatada.

   Don Salvador Hurtado, vecino oriundo de Popo Park cuenta que hace alrededor de 40 años fue junto con su padre a una reunión en casa de don Fernando Ruiz, localizada en el viejo camino a San Juan Tehuixtitlán.

    El lugar estaba ubicado cerca de un bosquecillo de eucaliptos donde antiguamente se ponían caballos de alquiler los domingos.

     Al salir ya de noche, tuvieron que regresar a pie, nuevamente por el viejo camino en la oscuridad más absoluta, solamente una lamparita los iluminaba.

    «En aquellos años 70s no había ningún tipo de alumbrado en el antiguo camino, que era de tierra suelta. Aquel día había luna nueva, tras un cielo nublado que cubría la tierra con un grueso cobertor de tiniebla intraspasable, era como si de pronto uno se hallara caminando al fondo de un mar de tinta china», contaba don Salvador a los pobladores”.

    De pronto escucharon un golpeteo de cascos contra la tierra, como de un caballo que galopara desbocado, pero la tiniebla era de lo más absoluta y él y su padre no podían creer que así fuera porque no se veía nada.

   Al instante su padre reaccionó y se metieron en el hueco de un enorme árbol que se encontraba junto a ellos, segundos más tarde pudieron sentir la vibración del suelo, escuchar los cascos y resoplidos del animal y un aire helado les golpeó la cara, era evidente que algo enorme había pasado junto a ellos.

    «Ese salvaje se va a matar», comentó el padre de Salvador.

Después de ese suceso, llegaron sin novedad a su casa.

    Al día siguiente le comentaron lo sucedido a don Miguel Ibáñez, señor de unos ochenta años, que además había sido zapatista.

   Don Miguel les contó que en tiempos de la revolución, Eufemio Zapata, hermano del general Zapata, llegó a la región con sus tropas y puso sitio a la hacienda de Guadalupe de San Juan, además saqueó y quemó las viejas casonas de Popo Park.

     «Atrás había quedado el esplendor del Popo Park porfirista, sus tropas fusilaron y colgaron a cientos de personas y violaron a muchas mujeres. Finalmente se retiraron cabalgando silenciosos bajo el humo y sobre los cadáveres del derruido Popo Park», contó don Miguel a Salvador a su padre.

    Les dijo que a los muertos los enterraron en fosas comunes, una de ellas se encontraba bajo el puentecito de dos arcos, justo por donde pasaron Salvador y su papá aquella oscura y tenebrosa noche para llegar a su morada.

    Don Miguel aseguraba que el espíritu de Eufemio Zapata todavía cabalgaba por el viejo camino a San Juan en las noches sin luna, en la oscuridad más profunda.

   De igual manera doña Senobia, una mujer muy anciana, recordaba cómo en aquellos viejos árboles del camino viejo a San Juan pusieron las sogas y colgaron a los hombres, dejando los cadáveres pendiendo por el viento.

   Afirmaba que colgaban como frutos horrendos que alimentaron por días a unos espantosos pájaros negros que bajaban a comerles la cara, y esa era la razón por la que sus almas no encontraron descanso y en las noches de luna llena o de tormenta se aparecen de manera silenciosa para recordar esos trágicos días.

    Actualmente la leyenda aún es contada entre los pobladores, alguno de los cuales ha querido rescatarla, pues representa parte de su identidad, a pesar de que su autor ya no radica en la comunidad, en fechas cercanas al día de muertos relatan la historia para que más personas la conozcan.