
TECOMAXUSCO, Méx.- El general Gregorio Solís Rivero fue presidente municipal de Ecatzingo en dos ocasiones, aunque sólo se le reconoce un mandato, murió a los 70 años y no de 100 como algunos historiadores afirman.
Entrevistado por AMAQUEME, su nieto, el cirujano dentista José Alfredo Sánchez Rivero informó, con documentos en mano, que su madre María Rivero García fue la hija del general.
“En una ocasión, haciendo limpieza en un tapanco que había, encontré un folder color carne, al pensar que era solamente basura estuve a punto de tirarlo, pero curiosa o milagrosamente salió un papel y al leer su contenido descubrí que contenía documentos muy valiosos que hablan acerca de mi abuelo”, explicó.
Reveló que el general zapatista vivió sus últimos días en su casa de Tecomaxusco, la cual se derrumbó en el sismo del 2017.
Resaltó que en el acta de defunción de su abuelo indica la edad exacta en la que falleció.
“Hay una versión que dice que él murió a los 100 años, cosa que es totalmente falsa y que se puede avalar y constatar con un documento que tengo en mi poder, su acta de defunción en la cual se menciona que él falleció a los 70 años y no a los 100, como algunas crónicas que he leído”, precisó Alfredo.
Hizo énfasis también en que el su abuelo fue presidente municipal de Ecatzingo en dos ocasiones y para respaldarlo mostró también la documentación.
“Tenemos también la constancia de que fue presidente en más de un periodo”, resaltó.
Como dato adicional dentro de la entrevista quiso mencionar los nombres correctos de los padres del general, que fue hijo de José Nicanor Rivero y Gregoria Solís.
Explicó a este medio que la S que colocó entre su nombre y su apellido, representa el apellido de su madre, ya que no tenía un segundo nombre, pero quiso darle a su madre la importancia que merecía pues la amaba demasiado.
El nieto, indicó que el general tuvo dos matrimonios, del primero nacieron seis hijos, entre ellos su madre y en el segundo procreó dos.
“Sus restos descansan en la comunidad de San Marcos Tecomaxusco, a un costado de la iglesia, ahí es donde el general descansa desde el año de 1948”, informó.
Dijo que aunque no conoció a su abuelo, ha encontrado a personas en el pueblo y en el municipio de Ecatzingo que le han hablado de él y le han contado diferentes historias.
“El señor Medardo Vergara, quien ya falleció, me contó que en su juventud conoció a mi abuelo y curiosamente en los XV años de mi madre él vino a tocar junto con la banda de música”, explicó el entrevistado.
Con respecto a la casa en la que actualmente habita, la cual fuera propiedad de su abuelo, relató que hay algunas historias alrededor de ella, desde que ahí se cometieron asesinatos hasta que debajo de ella hay cañones enterrados.
“Un primo mío me contó que aquí hubo asesinatos, hay un documento en el que se dice que aquí mataron a un general muy connotado porque mi abuelo y su gente no estaban de acuerdo en muchas cosas que estaba haciendo, hicieron una comida y fue ahí que lo envenenaron”, contó.
Finalizó resaltando que está orgulloso de ser el nieto de Gregorio S. Rivero y que siempre estará en la mejor disposición de dar a conocer el legado de su abuelo, ya que considera que si viviera a él le hubiera gustado que la gente conociera lo que fue.