12 de marzo
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Alma Abilene Figueroa López.

    SAN JUAN TEPECOCULCO, Méx.- Anualmente, la familia Velázquez Amaro produce más de mil casitas navideñas en su taller, en el que da empleo fijo a vecinos de la comunidad, desde hace más de 34 años

   Sergio es hijo del fundador Laurencio Velázquez Amaro, el primero en empezar la fabricación de estas artesanías de madera que tienen su mejor temporada de ventas en la temporada decembrina.

   Entrevistado por AMAQUEME, Sergio explicó que aprendió el oficio cuando tenía cerca de 17 años y fue su padre, junto con su hermano Hilario quienes lo introdujeron en Tepecoculco. 

    “Ellos son los fundadores y pioneros en la elaboración de estas artesanías allá en el pueblo”, indicó.

    Relató que aprendió el oficio cuando era joven, actualmente tiene 22 años y continúa el negocio por cuenta propia, vendiendo al mayoreo y menudeo.

      “Anualmente elaboramos poco más de mil casitas, nosotros somos mayoristas, comercializamos en la central de abastos de la Ciudad de México y en la central de Cuautla, resaltó.

   Detalló que siete personas trabajan en su taller, empezando a fabricar a partir de mayo, para que octubre ya estén listos los portales.

    “Como son varias medidas de casitas las que trabajamos, el costo va de los 45 pesos hasta los 400 pesos aproximadamente”, comentó.

    De manera breve, explicó a la reportera de AMAQUEME la forma en la que se elaboran los portales, que son detallados con aserrín de colores y musgo. 

    “Cortamos la madera a la medida, primero se arma el techo, después pasamos al armado y la decoración con musgo y aserrín y quedan listas para su venta”, describió.

    Precisó que el musgo lleva un procedimiento especial para decorar las casitas.

     “El musgo se pica, porque si lo metemos grande, así como está corre el riesgo de que no se adhiera al 100%, es una labor que se hace a mano para que quede a una sola medida, dependiendo el tamaño de la casa será el tamaño del musgo”, detalló Sergio.

    Orgulloso del trabajo que realiza, afirmó que cada portal posee una excelente calidad y va detallado de manera especial.

     “Es un trabajo que lleva muchos detalles, me gustaría que la gente no regateara a los menudistas, ya que, aunque ellos no lo trabajen o sean revendedores, nosotros estamos atrás de ellos, si ellos venden bien, nosotros producimos más, garantizando la calidad”, subrayó.

   Dijo que su trabajo no sólo es de temporada, pues se empieza desde principios de año con la recolección de los accesorios para las casitas. 

    “El proceso es de muchos meses, ejemplo de ello es el pasto que se junta desde enero y febrero para empezar a embodegarlo, para que en septiembre que se usa ya lo tengamos listo”, asentó el entrevistado.

    El día que la reportera visitó el taller, Sergio no se encontraba porque diariamente vende en la central de abastos capitalina.

   Fue su hijo Víctor Ezequiel Velázquez Amaro quien mostró el proceso para dar forma a los portales.

Se hacía pasar como honrrado negocio de compra-venta

De carros, también vendía robados