12 de marzo
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Joel Avelar de León

  TLALMANALCO, Méx.- Por su pequeña estatura, Ámbar destaca entre sus 18 compañeros, mucho mayores que ella, que conforman la banda de marcha y guerra de San Rafael.

   La pequeñita sólo tiene cuatro años, pero sorprende por la destreza con la que ejecuta su instrumento, un tambor de juguete de plástico que se diferencia de los demás tambores, por su tamaño, colores y material.

   En la ceremonia para conmemorar el natalicio del Benemérito de las Américas, realizada el sábado 19 en la explanada municipal, Ámbar Santiago Hernández, llamó la atención de todos los asistentes por su seriedad, formalidad y facilidad  para marchar, ejecutar las órdenes cerradas y tocar el tambor.

Su estatura, paso seguro y seriedad, le ganaron la admiración de los presentes.

    Su nombre completo es Ámbar Santiago Hernández, vive en San Rafael y desde el año pasado, cuando aún no cumplía los tres, empezó a tocar el tambor y asistir a los ensayos de la banda de guerra, motivada por sus dos hermanos mayores, Wendolín y Emanuel.

     En un descanso de su presentación, el reportero de AMAQUEME se acercó a ella, le preguntó su nombre y su edad, que respondió de manera poco entendible, porque aún no habla bien.

   -¿Quién te enseñó a tocar, se le cuestionó?-, “no sabo”, respondió al reportero, quien buscó a su padre, Alejandro, quien en una jardinera veía los movimientos de la banda y cuidaba a su hija.

   Comentó que su abuelo materno y su hermana Wendolín le enseñaron a tocar el tambor en la banda de guerra y marcha.

   Dijo que el año pasado, Ámbar le pidió que la llevara a ensayar a la banda, donde también toca Margarito Hernández Galicia, su abuelito.

   “Asiste diario a los ensayos, aprendió de oído a tocar el tambor, lo hizo en muy poco tiempo y sabe lo que toca y no pierde el ritmo, sólo cuando se apena, no lo hace”, reveló el orgulloso progenitor.