12 de marzo
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Alma Abilene Figueroa L.

    SAN JUAN TEHUIXTITLÁN, Méx.- El panteón de esta delegación, próximo a cumplir 115 años de construido llegó a su máxima ocupación y por falta de espacios se ha llegado al extremo de enterrar a difuntos en tumbas ya ocupadas.

   Por lo anterior, vecinos demandan al gobierno municipal de Atlautla un nuevo espacio para sus difuntos.

Es importante resaltar que este cementerio fue fundado un 15 de junio de 1907, y por el tiempo que lleva dando servicio, actualmente ya no cuenta con espacio suficiente.

Entrevistados por AMAQUEME, pobladores afirmaron que es necesaria la creación de un nuevo panteón para evitar la sobresaturación del existente.

 “Este problema tiene años y no ha habido un gobierno que dé una clara solución, a nuestros difuntos los estamos enterrando en lugares donde al rascar se descubre que ya había una tumba anterior”, aseguraron.

Cabe mencionar que la reciente pandemia por COVID 19 agravó la situación del camposanto, al incrementarse significativamente el número de muertes en el 2020 y 2021.

   Señalaron que originalmente el panteón estaba dividido en dos, en el lado oriente se enterraban a niños y a jóvenes y en el poniente a adultos, sin embargo la regla dejó de respetarse por la falta de lugares en ambos puntos.

 “Al no haber espacio en donde corresponde, se entierra a los difuntos en cualquiera de los dos sitios, otra cosa importante es la capilla, que está en muy malas condiciones”, puntualizaron.

Además de lo anterior, manifestaron la urgencia de tener a una persona que se encargue del horario de cierre y apertura, pues constantemente se ha visto a sujetos que ingresan a ingerir bebidas alcohólicas y drogas.

“Se han robado cristales y puertas de los mausoleos, debe de haber más vigilancia en el lugar, quienes visitan a sus difuntos ya no se sienten seguros”, comentaron.

La reportera visitó el lugar buscando las tumbas más antiguas, ubicando una que data de 1927, ubicada en la zona de los infantes y jóvenes, y aunque el nombre ya no está legible se puede constatar que la persona murió a los 19 años.

En el mismo lugar se encuentra una niña de nombre Catalina, quien murió a los 13 meses de edad en 1934.

A consideración de los vecinos, hay lápidas que por el tiempo de antigüedad, deberían ser preservadas, pues forman parte de la historia del cementerio.

También mencionaron que hace algunos años se dio una cooperación de 100 pesos,  que nunca se les informó para qué fue utilizada o dónde se invirtió.

A pocos días del aniversario de su fundación, las personas entrevistadas por AMAQUEME aprovecharon para solicitar al alcalde electo Raúl Navarro Rivera y al cabildo que lo acompañará durante su gestión poner los ojos a esta problemática antes de que crezca y sea incontenible.