12 de marzo
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Joel Avelar de León

   AMECAMECA, Méx.- La primera vez Luis Manuel Cirilo Nava Castillejos subió al Popocatepetl le dio mal de montaña y juró no volver a intentarlo por el resto de su vida.

    Tenía entonces 14 años y ascendió para acompañar a amigos universitarios de su hermana mayor.

   Sin embargo, en amplia y emotiva entrevista con AMAQUEME, afirmó que le quedó una espinita clavada de ese su primer intento fallido, pero dejó transcurrir tres años, cuando,  olvidado ya su juramento, decidió probar suerte de nuevo.

   Para ello, sostuvo, se entrenó y preparó debidamente, acorde a la dificultad que su objetivo requería.

   En la actualidad, Nava Castillejos, conocido como “loquillo”, es considerado uno de los alpinistas más experimentados de México, con decenas de ascensos a las tres montañas más altas de México, principalmente para rescatar alpinistas heridos o fallecidos en el Popocatepetl e Iztaccíhuatl.

   También ha conquistado cumbres de media docena de montañas de Sudamérica, particularmente de Bolivia, Ecuador y Perú.

    El reportero platicó con él en su casa, rodeado del equipo que utiliza en sus ascensos.

   Recordó que sus inicios fueron en el desaparecido grupo de Emergencia Alta Montaña,  con el desaparecido alpinista Luis Soriano Escobar, “Tlaxquiche”, a quien considera su primer maestro.

   “Ahí empecé tuve como compañeros a Juan Carlos y Habacuc de León, los “cachorros”, a ti, a Mario Castro, Mario Pérez;  al “mota”, uno de los fundadores del grupo, al  “Rina”, “María” y otros cuyos nombres no me acuerdo”, rememoró.

  Dijo que de adolescente le llamaba mucho la atención la bajada del fuego simbólica del 15 de septiembre, por eso decidió volver a subir al volcán, “lo hice cuando tenía 17 años”.

   Comentó que su primera mochila y bolsa de dormir, de la marca Sparrow se las vendió quien esto escribe.

   El entrevistado tiene actualmente 60 años, es cirujano dentista ha sido seleccionado nacional de montañismo, especializándose en escalada de hielo.

   A los 18 años ingresó a la UNAM a estudiar odontología y casi de inmediato se inscribió al club de montañismo, tomó el curso básico de alta montaña y reforzó sus entrenamientos principalmente en el Popocatepetl.

    Más tarde se afilió a la Asociación de Excursionismo y Montañismo del Estado de México.

   Refirió que siendo aún estudiante de la UNAM salió una convocatoria para conformar la selección nacional de montañismo que logró integrar después de superar todas las pruebas demandadas, ocupando uno de los ocho lugares disponibles.

    Luis Manuel externó que no recuerda el número de ascensos a la “mujer dormida” o al coloso del Anáhuac, pero aseveró que han sido muchos, principalmente para rescatar a personas accidentadas o fallecidas en ambas montañas.

   De todos ellos, calificó como el más complicado el rescate de dos jóvenes que cayeron en los corredores de Oñate, situados en el “cuello” del Iztaccíhuatl, abajo del pecho.

   “Uno falleció y el otro logramos rescatarlo vivo, me acompañó Benito Mendoza, “el abuelo”, asentó.

   Manifestó que como seleccionado nacional hizo las cumbres den Ancojuma, de 6,130 metros, el pico más alto de Bolivia y una de las más elevadas de todo América.

   También consiguió hacer la cumbre del Yampo, que consideró de las más complicadas por su dificultad técnica.

   “Logré el Guayna Potosí, de 6,050 metros de altura, el Huascarán sur, de más de seis mil 200 metros de altura, que es la tercerea cumbre más alta del continente”,  detalló el entrevistado.

   En México, consideró a la  Iztaccíhuatl la montaña más difícil, dodne se encuentran varios parajes más riesgosos como el “cuello”, los corredores de Oñate, la Arista de la luz, el Ala del ángel y los glaciares orientales.

   Luis Manuel Nava afirmó que proyecta un viaje para ascender de nuevo montañas de Sudamérica, acompañado por alpinistas de su generación, como Jaime Martínez Quiroz, José Luis Ariza Vázquez y Benito Mendoza.