
Alma Abilene Figueroa López.
SAN JUAN TEHUIXTITLÁN, Méx. Santa Cruz del Camino es un nuevo proyecto apicultor, concebido por el profesor Pablo Vargas Rivera.
Entrevistado por AMAQUEME, mencionó que la inquietud de la apicultura le nació en 2015, pero fue dos años más tarde que se decidió a tener abejas.
“Empecé con dos cajas, luego con cuatro y luego como éstas se pueden ir multiplicando y dividiendo pues así fui aprendiendo”, explicó.
Informó que debido a que su esposa heredó un terreno en los ejidos de esta población, ahí puso los cajones y desde hace casi tres años empezó a cosechar la miel.
“Cosechamos la miel multiflor que es de esta zona y hacemos algunas mezclas con jengibre, cúrcuma, el mismo polen de las abejas también lo mezclamos con miel para hacer otros productos, tenemos propoleo, que son una tintura que ayuda a reforzar las vías respiratorias”, detalló a la reportera.
Informó que el único punto de venta físico se encuentra en el centro de Amecameca, en un restaurant llamado “Sabor a miel”, pero cuentan con su página de Facebook, Santa Cruz del Camino, donde los internautas pueden encontrar la variedad de productos que ofrecen.
El profesor dio a conocer que el nombre del proyecto se lo puso por recuerdos familiares, pues ese era el nombre de un rancho que sus abuelos perdieron cerca de Orizaba.
En cuanto a la alimentación de las abejas destacó que lo ideal es que siempre tengan reserva de la misma miel que ellas van acopiando para que dispongan de alimento.
“Hay un momento en que las colmenas se tienen que alimentar, sobre todo en esta temporada del año en que llueve mucho y ellas no salen mucho al campo y las flores apenas están por venir”, declaró.
Dijo que hay alimentaciones de mantenimiento donde es poco recomendable dar refrescos o dulces a las abejas, es mejor ayudarlas con jarabes para sostener la colmena hasta que empiece la floración.
“Lo ideal es que tengan reservas de su misma miel, o ayudarlas un poco con jarabes de azúcar, los jarabes pueden ser a base de fructuosa, tartas proteicas o con azúcar y agua purificada”, detalló.
El apicultor mencionó que es normal que la miel vaya cambiando de sabor de acuerdo a la floración, a la hidratación o a otros factores que cambian la coloración y el sabor de la misma.
Durante la cosecha, recomendó cuidar la higiene, tanto en la transportación como en la sala de extracción y el almacenamiento, pues las mismas abejas cuidan la higiene en sus colmenas y los apicultores también deben hacerlo.
Aunque en algunos lugares los apicultores realizan más de dos cosechas al año, Pablo mencionó que es difícil dar un pronóstico de cada año.
“Si llueve mucho la cosecha se recorre, hay algún tipo de flor que les ayuda, que es bianual, cada año va siendo diferente, pero en esta zona del altiplano de México la cosecha siempre es a finales de octubre, en el mes de noviembre o algunos que cosechan hasta diciembre”, puntualizó.
Asimismo, recomendó a la población no tener miedo de las abejas, pues en ocasiones se acercan a las personas únicamente en busca de agua.
“Sugiero que la gente en sus ventanas o terrazas pongan flores como romero, hierba buena, lavanda, árnica, esos tipos de flores les gustan mucho a las abejas y si ellas tienen lo que necesitan, van a estar contentas y no van a picar ni a lastimar a nadie”, afirmó.
Pablo mostró a quien esto escribe la forma en que se utiliza el ahumador, utensilio que les facilita los trabajos en la colmena, sin que las abejas se alboroten.
“Con el humo ellas cortan su comunicación, esa función de ataque la suspenden y es la manera con la que puedes trabajar en los apiarios”, dijo.