
Alma Abilene Figueroa
POPOPARK, Méx. “La xolería”, es un refugio para perros de razas mexicanas que actualmente alberga ocho ejemplares, siete de ellos son xoloescuintles y solo uno es calupo.
Este es un criadero responsable donde los cachorros disfrutan su estancia hasta que son dados en adopción.
Entrevistada por AMAQUEME, Ángeles Cervantes, encargada de la crianza de los cachorros, comentó que la intención no es tener un criadero gigantesco en el que no pueda dar una buena atención a los perros.
“La primera intención fue darle un espacio a las razas mexicanas que son tres básicas, el chihuahua, el xoloescuintle y el calupo”, precisó.
Mencionó que hasta el momento no han tenido chihuahuas porque son muy nerviosos, agresivos y poco tolerantes con los niños, y al estar mezclados con las demás razas podrían ocasionar algún conflicto.
“Esto comenzó porque un amigo nuestro en la Ciudad de México conoció a un Xolo y se enamoró de él, empezó a investigar de la raza, supo que estuvieron en peligro de extinción y sus características son completamente mexicanas”, explicó Ángeles.
Destacó que en la antigüedad habían dos tipos de xoloescuintles, el techichi y el xoloescuintle, el primero es que el que comúnmente se ve en los museos, el típico perrito bajito, barrigoncito y bermejo, ese era el perro que se comía.
“Es muy común que nos digan “esos son los que se comían”, pero no, el que se comía habitaba las partes de Colima y ese sí se extinguió”, informó la criadora.
Dio a conocer que su criadero lo inició con Xiuhtic, que es un xolo con pelo, ya que esta raza tiene variedad con y sin pelo y el gen que genera la falta de pelo se encuentra en los xoloescuintles peludos.
“Antes se mataba a los perros que nacían con pelo, ya que se creía que era un error de la raza y que no eran xolos, después de un tiempo se empezó a estudiar y se evitó el sacrificio de más animales”, reveló.
Ángeles informó que según las investigaciones sobre estos animales, existen tres tamaños de xoloescuintles, el mini, el intermedio y el estándar.
Con respecto a la raza llamada calupos, la criadora presentó a AMAQUEME a “Pechan”, un perro lobo (que es como se conoce a la raza).
“Se han encontrado restos de esta raza en algunas zonas arqueológicas, como parte de los entierros ceremoniales, es una raza muy antigua, es una raza mexicana y son una cruza de lobo con varios tipos de perro y la intención de esa cruza fue tener las características de un lobo pero con la docilidad de un perro”, puntualizó.
Explicó que sus características principales son que su cola es ligeramente más larga que un perro común, nunca la levantan y a diferencia de los xolos, que no tienen dientes, el calupo sí tiene bastantes.
“Aquí no sólo los tenemos, también los educamos, entrenamos un poco con ellos, les procuramos que tengan esparcimiento, salimos con ellos a pasear y procuramos buena alimentación, no les falta ninguna vacuna y cada año hay re-vacunación”, dijo.
Aclaró que no son una raza agresiva, y sí muy leales y defensivos, es decir que, por defender a sus dueños sí llegan a atacar al agresor.
Indicó que Alejandro Díaz es el nombre del gestor de dicho proyecto, quien ha rescatado a xolos en estados deplorables de varios lugares, los lleva al refugio y les busca un nuevo hogar.
“Algunos se han ido lejos, uno de ellos se fue a Italia, varios a Estados Unidos, varios a Monterrey y Guadalajara, pero siempre con ese respeto y ese compromiso con los animales”, refirió.
Aunque en los inicios, el refugio se llamaba “La xolería azteca”, su nombre actual es “Xolos azteca”, donde cuidan a sus ejemplares de una forma excepcional.