
PARQUE NACIONAL IZTAPOPO, Méx.- Taladores clandestinos, principalmente de San Pedro Nexapa y Amecameca, entre ellos los propios comuneros llevan meses devastando un amplia franja de bosques situados sobre la carretera a Paso de Cortés con la complicidad de la policía de montaña y agreste.
La afectación se comete en forma cotidiana del kilómetro seis al 17.
Personal de la PROFEPA, Parque Nacional Izta-Popo y funcionarios del municipio de Amecameca, a condición de guardar sus identidades en el anonimato, revelaron lo anterior.
Dieron a conocer que a partir de que dueños de bosques, tanto comunales como de propiedad privada cerraron varias veredas que acceden a la parte alta del monte, del kilómetro seis al 17, la tala ilegal de pinos y oyameles sembrados literalmente a pie de carretera se incrementó en forma significativa.
El bloqueo de las entradas se hizo hace más de tres meses.
Los entrevistados, afirmaron que aun cuando esta medida les ayudó en forma importante, porque disminuyó la tala de sus bosques, también facilitó el trabajo de talamontes, porque ya no se ven obligados a internarse en puntos alejados de la carretera, donde anteriormente acostumbraban cortar los árboles.
Aseveraron que están provocando un daño significativo al bosque y al medio ambiente, por el corte sin control en una extensión longitudinal mayor a 11 kilómetros de la citada carretera a Paso de Cortés, principalmente del lado derecho.
La mañana del jueves 13 de octubre, reporteros de AMAQUEME recorrieron el tramo referido y contaron 21 puntos donde los montones ramas, troncos y pedacería es notable.
En varios casos, como dan testimonio las gráficas tomadas, los responsables de ese daño ecológico abandonaron troncos grandes y gruesos de lo que fueron árboles sanos que ya no pudieron recoger o simplemente no les interesó hacerlo.
Los denunciantes de las tres dependencias, entrevistados por separado y en días diferentes, coincidieron en revelar que los responsable de ese ecocidio son nueve bandas de taladores, que en promedio diario cortan furtivamente tres metros cúbicos de madera.
“Escogen los mejores árboles, con diámetros de 100 centímetros y alturas de 2.5 metros, principalmente para sacar tabla, pero no aprovechan al 100% los que cortan, porque dejan mucho sobrante útil, ni venden la madera a buen precio”, precisaron.
Afirmaron que no obstante los enormes perjuicios que ocasionan, los talamontes nunca reforestan los montes, ni se involucran en ninguna otra actividad que no sea dañarlos y obtener un beneficio económico de ellos.
Destacaron que pese a la cantidad tan alta que talan mensualmente de madera, las verdaderas ganancias las obtienen dueños de aserraderos, de los que sólo en Amecameca existen al menos seis.
Revelaron que el 90% de toda la madera cortada ilegalmente la compran propietarios de aserraderos.
En este sentido, afirmaron que las bandas delictivas dedicadas a esta actividad venden el metro cúbico hasta el 50% de su precio real, y a ello debe descontarse sus gastos de gasolina, tanto de camionetas como de motosierras, pago de trabajadores y comida.
Explicaron que el precio actual vigente del metro cúbico es de mil 400 pesos y quienes se dedican a ese negocio lo venden en 600 u 800 pesos como máximo.
“Ganan poco pese a la cantidad de madera que cortan, porque no saben venderla”, refirieron.
Precisaron que estos grupos están bien organizados, regularmente andan armados y tienen a su servicio “halcones” que en horas diferentes del día se les ve sobre dicho tramo de la carretera federal en bicicletas, motocicletas, en camioneta o caminando.
“Son los que les avisan de la presencia de policías o de posibles operativos.
Asimismo, denunciaron que cuentan con la complicidad para realizar su perjudicial actividad, de algunos policías estatales de la agrupación de alta montaña y agreste que tiene su base permanente en Paso de Cortés y de policías municipales de Amecameca..
Como es del dominio público, esta agrupación de la policía lleva casi dos años en Paso de Cortés para brindar ayuda a alpinistas o campistas que se extravían o accidentan en el Iztaccíhuat o sus alrededores.
De igual forma, afirmaron que a raíz de que a personal de PROBOSQUE le quitaron la supervisión de los bosques, aumentó la tala en muchas otras partes de esta zona.
Esa tarea ahora le corresponde a la PROFEPA.