
Joel Avelar de León
SAN PEDRO NEXAPA, Méx.- Ocho grupos de taladores clandestinos de esta comunidad cortan semanalmente entre 120 y 140 metros cúbicos de madera de montes ejidales, comunales y federales situados sobre la carretera a “Paso de Cortés”.
De acuerdo a investigaciones realizadas por AMAQUEME, la madera cortada la venden por debajo de su precio comercial en al menos seis aserraderos ilegales existentes en el municipio de Amecameca y en otros de la región oriente.
En entrevista, ejidatarios y comuneros de Amecameca, Ozumba y San Juan Tehuixtitlán revelaron que existen los ocho grupos son de esta población.
Señalaron que trabajan aislados, pues no tienen relación alguna ni coordinación entre sí, y aunque esta práctica lleva décadas, en forma particular se incrementó radicalmente a partir de agosto del año pasado.
Asentaron que ello se debió a que ejidatarios y comuneros les cerraron las entradas de acceso a sus bosques y los talamontes empezaron a cortar árboles sembrados muy cerca de la carretera en una extensión de ocho a nueve kilómetros, principalmente del lado derecho en dirección a los volcanes Popocatepetl e Iztaccíhuatl.
Indicaron que lo hacen del kilómetro diez, conocido como “El Paraje” hasta el 18, llamado “Texocotla” de la carretera federal a “Paso de Cortés”.
Puntualizaron que cada uno de estos grupos delictivos tiene “halcones” que realizan exclusivamente tareas de vigilancia y se ponen en puntos estratégicos de la carretera o andan en motocicletas de arriba a abajo para informar de la presencia de policías de cualquier corporación o de posibles operativos.
Revelaron que los talamontes trabajan de lunes a viernes y en varios casos también los sábados, a partir de las cinco de la mañana.
Entrevistados por separado en días recientes, afirmaron que cada grupo corta en promedio diario un árbol, que representa tres metros cúbicos de madera.
Aseveraron que los daños causados, además de irreversibles, porque no se están realizando plantaciones de árboles, son graves por los perjuicios ecológicos.
“Cortan parejo, no les importa si son árboles sanos y no los aprovechan al 100% porque dejan mucha madera útil”, aseguraron.
Indicaron que el metro cúbico de madera de primera cuesta mil 300 pesos y los taladores lo venden entre 800 y 900 pesos, llevándose la mayor ganancia los dueños de aserraderos ilegales.
Los entrevistados afirmaron que esta práctica que calificaron de devastadora aumentó desde que inspectores de PROBOSQUE ya no realizan operativos, aunado a que la Guardia Nacional tampoco lleva a cabo recorridos de vigilancia.
Asimismo, señalaron que tienen conocimiento que algunos policías de la Secretaría de Seguridad estatal están coludidos con algunos grupos de taladores.
Asentaron que en el caso específico de uniformados de Amecameca no se meten porque serían reconocidos y temen agresiones cuando vayan a San Pedro a cumplir sus tareas ordinarias de vigilancia.
“Los gobiernos federal y estatal saben lo que está pasando en bosques de esta región, pero inexplicablemente no hacen absolutamente nada”, se lamentaron.