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3 de julio

Jorge Martínez Cordero

SAN ANDRES METLA, Méx.- Policías municipales de Cocotitlán se negaron a brindar ayuda a una jovencita que fue asaltada en la zona restaurantera, ni tampoco pidieron apoyo por radio para buscar a los delincuentes.

    Marco Antonio Jasso, padre de las víctimas denunció en entrevista con AMAQUEME que el domingo nueve de abril, al menos tres patrullas de seguridad pública estaban estacionadas en diferentes puntos, pero únicamente para vigilar  establecimientos, relegando a visitantes y consumidores.

   Dijo vivir en la Ciudad de México y por tercera vez visitaba el corredor restaurantero ubicado sobre la carretera México-Cuautla.

   Entrevistado vía telefónica denunció que le tocó vivir en carne propia la inseguridad.

   Señaló que alrededor de la 15:00 horas mientras convivía con su familia en un restaurante, una de sus hijas salió a realizar compras sobre la carretera y fue asaltada por dos sujetos.

Dijo que luego de informarle lo sucedido salió a buscar ayuda de algún policía, y al encontrarlo sentado arriba de su patrulla, se negó a apoyarlo.

  Apuntó que desde que llegaron al restaurante donde consumió con su familia se encontraba una patrulla estacionada, que él pensó era para auxiliar a los visitantes en caso de ser necesario.

“Acudí con el oficial que se encontraba dentro de la unidad para pedirle ayuda, desenfadadamente dijo que no podía hacer nada, que la orden que tenía era no moverse del lugar porque estaba cuidando el restaurante”, asentó Marco.

    Dijo que le pidió solicitar por radio apoyo con sus compañeros para buscar a los delincuentes, lo que tampoco hizo.

 “La policía sólo estaba ahí para cuidar a restaurantes, no para brindad seguridad pública”, denunció el entrevistado.

Dijo que está fue la última vez que visitaría dicha zona, lo cual hizo, pensando en disfrutar un momento agradable con su familia y escapar de la gran metrópoli.

  Aseguró que lo más lamentable es que con esas acciones, en lugar de promover el sitio y recomendarlo para ser visitado por más personas, el irresponsable comportamiento de los uniformados es una invitación para alejar a los consumidores.

   Al menos su familia dejará de asistir al corredor restaurantero.