
Jacobo Espinoza Hilario[i]
En los últimos meses hemos escuchado que la ciudad de Monterrey y la de México (CDMX) pueden llegar al “día cero”, lo que significa que se quedarán sin agua potable para sus habitantes.
La principal causa en la CDMX es debido a la sequía en Michoacán y Estado de México, que es de donde se trae el 65% del agua potable, debido a un fenómeno que los meteorólogos llaman el “niño”.
“El niño” es derivado de las alteraciones climáticas que ha generado el hombre en los últimos 50 años, al que se llama generalmente Cambio Climático, pero que en realidad está derivando en aumento de huracanes, cambio de mareas, cambio de temperaturas y corrientes oceánicas, derretimiento de los hielos polares, aumento del mar en las costas y desplazamiento de población; aparición de gas metano contenido en la tierra debajo del hielo (permafrost), huracanes más intensos y de más duración; lo cual generan pérdida de vidas y daños millonarios todos los años en todo el mundo.
El calentamiento global está causado por las emisiones de dióxido de carbono y metano derivado de las actividades de las personas, y según el último informe del panel intergubernamental para el cambio climático de las Naciones Unidas[1], dice que los cambios climáticos durarán siglos, lo cual no sólo aumentará el nivel del mar; sino que también habrá pérdida y extinción de especies de flora y fauna, extinción del coral debido al aumento de los niveles de acidez y disminución de los niveles de oxígeno de las aguas cálidas que están cerca de las costas.
De igual forma se prevé que aumenten los riesgos relacionados con el clima, los riesgos relacionados con el aumento de enfermedades tropicales esparcidas por mosquitos, los riesgos en la seguridad alimentaria, los riesgos en el suministro de agua potable y los riesgos en el crecimiento económico en general.
Estamos hablando de una posible extinción de la humanidad.
Estos fenómenos forman ondas de calor cada vez más fuertes en el mundo.
De igual forma, éste año se está hablando del “super niño”[2], el cuál traerá temperaturas más elevadas y probables sequías más intensas.
Debido a lo anterior, todo el sistema de presas que forman parte del Sistema Cutzamala ha tenido una disminución de sus niveles por la poca lluvia que ha caído en 2020, 2021 y 2022[3]; lo que activó las alertas y obligó a la CDMX y al Estado de México a tomar medidas emergentes pero que no van al fondo del problema.
En la región de los volcanes, en el oriente del Estado de México vemos desde hace 20 años cómo los glaciares han disminuido, y en el Popocatépetl han desaparecido, no sólo por la actividad volcánica sino también por el cambio climático, además de la disminución de un 35% en la masa forestal.
Lo anterior, debido a la tala, tanto legal e ilegal, lo que nos genera un problema de agua potable a los que habitamos ésta zona y también genera un problema futuro al disminuir el agua que se infiltra a los mantos acuíferos, de los que muy posteriormente, se abastecerán los pozos de toda la región.
Para poder asegurar un abastecimiento constante de agua potable debemos hacer obras de restauración de cuencas hidrográficas.
Primeramente para la infiltración de agua a los mantos acuíferos en suelos adecuados; sanear los ríos con plantas de tratamiento de aguas residuales para riego agrícola y beneficio ambiental; potabilización de los cuerpos de agua para riego agrícola y agua potable; regularización de pozos, especialmente de los Comités Autónomos; en zonas sin red de agua construir cisternas de ferrocemento para potabilización de agua de lluvia.
Consejos de administración en todos los santuarios de agua y áreas naturales protegidas; y finalmente coordinaciones permanentes en los 3 niveles de gobierno para llevar a cabo todas éstas acciones ambientales.
El agua de los acuíferos y de los ríos se generan en cuencas con un balance hidrológico positivo, en cuencas saludables y en equilibrio.
Desde el 2011 hemos estado implementando un Plan Hídrico en la subcuenca de los ríos Amecameca, la Compañía y lago Tláhuac-Xico que se puede replicar en todo el Estado de México y la CDMX.
La sustentabilidad en términos del agua y medio ambiente de todo el Estado de México se puede garantizar, si se rehabilitan todas las cuencas.
Toda la población del Estado se vería beneficiada si se logra tener un balance positivo entre el agua que le extraemos a los acuíferos y ríos, zonas agrícolas y boscosas en las que se infiltra; si se conserva en óptimas condiciones.
Ésta es la primera entrega de propuestas hídricas y problemáticas sociales. Posteriormente iremos detallando cada una de ellas, así que: ¡Nos leemos próximamente!
[1] https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/sites/2/2019/09/SR15_Headline_Statements_Spanish.pdf
[2] https://lineadirectaportal.com/clima/un-super-nino-por-nacer-pronosticadores-preven-que-el-fenomeno-sera-intenso-2023-04-11__804989
[3] https://jefaturadegobierno.cdmx.gob.mx/storage/app/media/Sintesis%20Informativa/MARZO%202023/080323/JEFA%20DE%20GOBIERNO%20080323.pdf
[i] Jacobo Espinoza es Gerente Operativo de la Comisión de Cuenca de los ríos Amecameca y la Compañía, Presidente de la Unión de Comités Autónomos de Agua del Oriente del Estado de México, Agente de campo en ControlaTuGobierno A.C. y Líder climático de la Organización mundial The Climate Reality Project.