13 de marzo
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Abilene Figueroa

     OZUMBA, Méx.- El martes  17 de octubre se cumplieron 70 años en otorgarse el derecho de votar a la mujer y ser votadas para puestos de elección popular.

    Eso sucedió  en 1955 durante el sexenio de Adolfo Ruiz Cortines, aunque se debe explicar que previamente, en 1947 se otorgó a las mujeres el derecho a votar únicamente en elecciones municipales y fue hasta seis años después que se le permitió hacerlo en elecciones federales.

   Para conocer las opiniones de mujeres de la región oriente, AMAQUEME recogió varios testimonios en este municipio, destacando los siguientes:

   “Es de suma importancia que tanto hombres y mujeres seamos tomados en cuenta, pero ahorita es prioridad hablar de la mujer, ya que es un género muy importante en la familia”, destacó Neybi San Vicente, quien hace seis años fue candidata a la alcaldía de Ozumba.

   En su caso, Samantha calificó de un gran logro la inclusión de la mujer, “aunque no debería ser un logro porque es un derecho humano, pero para mí está muy bien, yo vengo de una familia más liberal, pero que bueno que cada día las mujeres tenemos más libertades en nuestro país”.

    “Mi abuela hace muchos años me decía que ella no podía ni siquiera opinar en cuanto al candidato que ella consideraba que fuera el ideal para ser presidente municipal”, contó Irma.

   Otra joven consultada que no dio su nombre afirmó que era bueno que otorgaran la oportunidad de ser escuchadas.

    Aunque las entrevistadas fueron de diferentes edades, la mayoría coincidió en que poder ejercer el voto es fundamental para la sociedad, sobre todo porque actualmente han visto que en las urnas vota más el género femenino.

Cabe destacar que a partir del 2014 en nuestro país se cuenta con la paridad de género en las elecciones y actualmente se ha obligado a los partidos políticos a postular en cargos de elección popular un 50% de mujeres y un 50% de hombres.

De acuerdo a investigaciones en el ámbito jurídico de la Universidad Nacional Autónoma de México, se reveló que algunos partidos políticos consideraban que no era útil reconocer el derecho al voto de las mujeres.

“Se creía que si su esposo o padres votaban, se asumía que todos los integrantes de la familia, especialmente las mujeres, optaban por el mismo partido político”, destaca María Marván Laborde, investigadora de la UNAM.