12 de marzo
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Jorge Martínez Cordero

   CHALCO, MÉX.- Robo con violencia de vehículos, asaltos a transeúntes y negocios, son hechos cotidianos de que son víctimas vecinos del barrio «La Conchita».

    Ubicado en la cabecera municipal, ha sido desde hace meses blanco de la delincuencia, ante la clara inoperatividad de la policía municipal.

    En callejón de los Reyes, calles Francisco Mina, Nicolás Bravo, José María Morelos, Miguel Hidalgo, José Antonio de Alzate, Mariano Matamoros, Independencia y Niño Artillero, los delincuentes operan a cualquier hora del día.

    Vecinos del barrio puntualizaron que desde hace unos seis meses, la inseguridad en sus calles se ha incrementado de manera alarmante, sin que la policía del municipio intervenga para disminuirla.

«Los asaltos a negocios están al día, lo mismo les ha dado a los rateros que sea a plena luz o por las noches para robar y agredir con arma de fuego a sus víctimas», denunció Javier Lozano, uno de tantos comerciantes que le ha tocado ser asaltado.

    Reveló que la madrugada del lunes 12 de febrero, en una miscelánea localizada en la calle Álzate y Matamoros que da servicio las 24 horas, el dependiente fue objeto de agresiones.

   Señaló que un hombre y una mujer alcoholizados, al no poder entrar porque el negocio contaba con puertas de seguridad, exigieron con groserías al trabajador bebidas embriagantes, al tiempo de que el hombre comenzó a romper los cristales de la puerta.

    Vecinos que viven en los alrededores aseguraron que escucharon gritos violentos y cristales romperse cuando el sujeto golpeó la puerta exigiendo alcohol.

   También dijeron haber oído a la mujer amenazar al trabajador de la tienda con llamar a una patrulla si le hacía algo a su acompañante.

Los resultados de ese tenso momento fueron insultos y amenazas al dependiente, así como cristales rotos.

    Sin embargo, ni con el alboroto y daños ocasionados por la pareja se presentaron policías, pese a que se reportaron los hechos al centro de mando.

   Entrevistados por AMAQUEME, los denunciantes pidieron rondines durante el día y noche de seguridad pública, o al menos durante las madrugadas, cuando salen las personas a trabajar y cuando regresan.

   También pidieron más presencia de uniformados en las calles señaladas para bajar el índice delictivo.