12 de marzo
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**Obras de rehabilitación se iniciaron el año pasado

Abilene Figueroa López

    ECATZINGO, Méx. Aunque aún le falta la cúpula y algunos detalles de restauración, el templo de San Pedro y San Pablo lleva un avance cercano al 90%.

Entrevistado por AMAQUEME, el sacerdote Carlos Eduardo Ibáñez Escobedo, responsable de dicha parroquia a partir del siete de febrero de 2023, precisó que es una gran alegría que los trabajos de restauración estén próximos a cumplir un año de iniciados.

“Es una gran alegría para la comunidad y sobre todo para el ambiente de iglesia, porque si bien ya vamos a cumplir siete años del temblor de 2017, prácticamente se está cumpliendo un año del inicio de la obra”, señaló.

Dijo que a pesar de que pasaron seis años para la liberación de los recursos económicos, ello no quiere decir que no se haya trabajado para lograrlo.

“Se hicieron los trámites y es un recurso que propiamente era validado por el nivel federal, el INAH tiene mucho que ver como templo y también como patrimonio histórico”, explicó.

Destacó que aún no hay fecha para la entrega de la obra, pues en un inicio se había dicho que en enero de este 2024, pero no fue posible.

“Bien sabemos que la cuestión humana tiene que ver, nosotros ponemos fechas pero no siempre son precisas, sí vemos un gran avance y nos da gran esperanza de que en este primer semestre tengamos la gracia de que se haga la entrega”, mencionó.

Con respecto a las imágenes, cuadros y bienes materiales que había en la iglesia cuando ocurrió el sismo, el párroco destacó que todos fueron resguardados en espacios que no se dañaron y varios de ellos fueron objeto de mínimas restauraciones hace tiempo.

“Con el apuntalamiento de lo que aún estaba del templo, las imágenes como parte cultural y los cuadros como parte de valor histórico y todo el mobiliario que se pudo rescatar se resguardó, recientemente junto con el INAH se hicieron las restauraciones de imágenes dañadas, pero fueron mínimas”, puntualizó.

   Destacó que afortunadamente no hubo objetos perdidos tras el sismo, pero una de las tres campanas del campanario quedó inservible.

“Hubo cosas que no se pudieron rescatar, entre ellas un piano que ante el derrumbe ya no se pudo salvar, una campana se perdió porque con la caída se fracturó y está resguardada”, dio a conocer

   El sacerdote también habló acerca de la bendición del campanario, realizada el pasado 12 de mayo después de la misa de las seis de la mañana.

“Como iglesia, las campanas son la voz de Dios que llama a la feligresía a congregarse en su nombre, indudablemente causa alegría en la comunidad que ya estén en su sitio”, externó.

Finalmente refirió que  ver de pie el templo parroquial lo llena de alegría y esperanza de volver a congregarse como fieles católicos y presentar sus oraciones en la alegría y en la tristeza.