****Vivir junto al colector ha sido la desgracia de decenas de familias de la Culturas México; Jacalones y Jardines; el viernes dos de agosto más de 600 perdieron muebles y aparatos,.
Jorge Martínez cordero
CHALCO, Méx. – Poco más de 600 casas en al menos una decena de calles de las colonias Jacalones, Jardines y Culturas de México quedaron inundadas por las intensas lluvias de los últimos días.
Las viviendas se encuentra cerca del punto donde colapsó el drenaje.
Aunque en las primeras colonias, las afectaciones fueron significativas, la Culturas de México fue la más dañada.
Hasta el viernes nueve de agosto, las familias llevaban ocho días viviendo prácticamente entre el agua.
Las pérdidas materiales fueron casi totales, aseguraron e informaron que prácticamente no les ha quedado nada.
Refrigeradores, estufas, comedores, salas, recámaras, ropa, calzado, trastes y otros utensilios y muebles sufrieron daños irreparables.
Como consecuencia de ello, buen número de personas ha comenzado a tirar gran parte de sus pertenencias, mientras que otros aún conservan algunas, con la esperanza de que al secarse puedan seguir funcionando.
Cecilia Solís, vive en la calle Cempoaltecas, informó que el viernes dos de agosto, cuando la calle y su casa se inundaron, ella no se encontraba; al regresar, descubrió que muchas calles de la colonia estaban bajo el agua.
«Ya no se podía pasar por ningún lado; junto con mi esposo buscamos la manera y, como pudimos, llegamos a nuestra casa. Desde que entramos a la calle nos dimos cuenta de lo mal que la encontraríamos por dentro, y así fue», apuntó Cecilia.
Dijo que el agua se metió en varias casas, a pesar de que aún es de terracería. Sin embargo, la tierra no fue suficiente para absorber la gran cantidad de agua y el nivel en sus cuartos alcanzó casi los 60 centímetros, lo que ocasionó que la mayoría de sus muebles, electrodomésticos y roperos, con toda la ropa adentro, se mojaran con agua de drenaje.
«En resumen, toda nuestra casa quedó en mal estado, pero aun así hemos tenido que estar durmiendo con esta pestilencia y humedad porque no nos queda de otra», afirmó Cecilia.
Por su parte, Guillermo Cruz, quien vive en la calle Chalchicuitlicue mencionó que ya es algo común vivir bajo el agua. Por esa razón, construyó su casa a un nivel alto, pero, aun así, el agua se filtró.
Apuntó que en ninguna de las ocasiones anteriores en que se había inundado, la situación había sido tan grave como esta vez, y menos que durara tanto tiempo. Él también sufrió pérdidas considerables.
Eduardo, que tiene su casa en la Yaquis, comentó que su calle y vivienda son de las más afectadas cada vez que llueve.
Aseveró que la inundación ocurrida el pasado fin de semana ha sido la peor de todas.
Explicó que a ocho días del desastre, él todavía estaba sacando agua de sus cuartos y patio, ya que a su domicilio no había llegado la ayuda del gobierno municipal para extraer el agua ni para limpiar.
Eduardo mostró su lavadora, refrigerador, trastes y otros objetos que tuvo que sacar al patio y subir a unos botes de plástico.
Con visible coraje relató que estaba seguro de que sus aparatos le servirían más.
Mientras tanto, todos los cuartos, aún con agua y lodo presentaban un fuerte olor a humedad y a lodo podrido.
«¿Crees que así vamos a poder vivir aquí y mucho menos dormir o comer?», preguntó, mientras, junto con su hijo barría el agua de sus cuartos para que una bomba que consiguió la sacara a la calle.
