12 de marzo

Jorge Martínez Cordero654789*/-.,__**

«Vivimos como animales, sin que nadie nos ayude», denunció la septuagenaria de la colonia Culturas de México.

**Su esposo se endeudó en el banco para construir unos cuartos que están por caer debido a la humedad de 25 días

CHALCO, Méx.- “De nada sirve tener tanta gente en el lugar si no hacen nada por nosotros”, fue el sentido reclamo de Natividad Jacinto Hernández, quien dijo haber perdido, además de sus muebles, su patrimonio que le llevó construir durante 45 años.

   La vecina que está a punto de cumplir 70 años, afirmó estar realmente cansada de ver cómo pasan los días sin regresar a su casa, la cual lleva 25 días bajo el agua debido a las inundaciones.

Informó que durante dos semanas vivió con su esposo en su casita situada en la calle Tarascos, donde el agua le llegaba hasta las rodillas, hasta que su hija se los llevó con ella.

“Mi hija nos dijo que saliéramos de la casa porque nos íbamos a enfermar. Mi esposo y yo no queríamos hacerlo porque es nuestro patrimonio, pero ya no podemos hacer nada”, subrayó.

   Confió al reportero que las aguas residuales que entraron a su vivienda y se mantuvieron estancadas, le echaron a perder su cama, el comedor, la estufa, el refrigerador, la sala, una camioneta y la herramienta de su  esposo con la que trabajaba.

“Todo lo perdimos y las paredes de la casa también se están echando a perder”, aseguró Natividad.

   La mañana del martes 27, Natividad intentó salir al mercado, pero debido al aumento en el nivel del agua en las calles, causado por las lluvias que no han cesado, sólo pudo llegar hasta la esquina del mercado de la colonia Culturas de México.

Asentó que, aunque los militares le ofrecieron llevarla en lancha a su casa, dijo que no tenía sentido, puesto que de todas formas no podría entrar porque el agua no ha bajado y sigue llegando más arriba de las rodillas.

   Informó que abandonó su casa con sus perros y otros animalitos porque no los iba a dejar solos a que murieran de hambre y frío.

   Señaló que al igual que ella, muchos vecinos abandonaron sus hogares porque no es posible seguir viviendo así.

“Lo bueno es que pude sacar los documentos importantes y otros papeles personales, pero tengo que estar yendo y viniendo porque los rateros se han estado aprovechando y, aun así se han atrevido a meterse en las casas a robar lo poco que queda”, afirmó la septuagenaria.

  Con palabras entrecortadas, murmuró: “¿Quién nos va a pagar todo lo que hemos perdido después de muchos años de trabajo para formar nuestro patrimonio?”.

   Reveló que hace tres años su esposo se endeudó en el banco con un préstamo para construir unos cuartitos y ahora hasta esos los están perdiendo con el agua.

“Nuestra vida ya es un desorden aquí, ya casi todos se fueron, la tienda ya la cerraron, la recaudería ya la cerraron,  ¿cómo vamos a vivir así? Por eso les hago un llamado a las autoridades para que ya vean por nosotros.

  Finalmente dijo que no son animales para que los tengan así. “En nuestra desesperación ya no sabemos qué hacer”.