Joel Avelar de León
DURANTE LOS 11 AÑOS QUE ESTUVO AL frente de la parroquia de La Asunción el presbítero Esteban Flores Aguilar, realizó un trabajo difícil de superar, con mucho, pero mucho, mejor y más trascendente que el de su antecesor Juan Martínez Medina.
DESDE SU LLEGADA en 2013, el padre de 58 años guardó un perfil bajo y así se condujo todo el tiempo, dedicado más al trabajo y con resultados más palpables, muy lejos de los reflectores, como fue el sello del anterior a él.
EN ESE PERIODO, LO MÁS RELEVANTE QUE HIZO fue la rehabilitación, literalmente en tiempo récord de la parroquia que quedó severamente dañada por el temblor del 2017, al igual que la capilla del Sacromonte.
LO MAS SORPRENDENTE ES QUE ESE casi faraónico reto LO consiguió gracias a un trabajo y gestión personales para obtener recursos materiales y económicos de la comunidad amecamequense, toda vez que el gobierno federal no liberó ningún recurso a través del desaparecido Fideicomiso Fondo de Recursos de Desastres Naturales.
GRACIAS ELLO NO SÓLO FUE POSIBLE la restauración de la iglesia, sino también de la capilla del Sacromonte, ambas, como digo, en un tiempo verdaderamente corto.
EN EL CASO DE LA CAPILLA DE GUALUPITA se contó con el valioso respaldo económico de la embajada de Italia en México..
PERO NO UNICAMENTE POR LO ANTES DICHO se destacó el padre Esteban, pes también echó a andar el centro comunitario en el inmueble que ocupó durante décadas la escuela de las monjas.
FUE PRECISAMENTE ÉL, quien solicitó la desocupación del espacio para regresar a sus orígenes esa construcción, concebida justamente como escuela para niños de bajos recursos, que las monjas convirtieron posteriormente en escuela privada.
LA ULTIMA MISA QUE OFICIO EL PADRE fue la del mediodía del domingo 22 de septiembre, donde recibió sentidas y espontáneas muestras de cariño y reconocimiento a su gran labor.
EN LA SACRISTÍA, VESTIDO CON ropa informal, estuvo presente su sucesor, el doctor en derecho canónico Luis de Jesús Hernández Mercado y un curriculum que sorprende.
A PARTIR DEL LUNES 23 DE SEPTIEMBRE, Esteban Flores formalmente se hará cargo de sus nuevas responsabilidades en la iglesia de Santiago Apóstol de Chalco.
ÉL CONTINUARÁ CON SUS RESPONSABILIDADES alternas de vicario general de la Diócesis de Valle de Chalco, un cargo de suma importancia, que le dio aún más brillo por su trabajo y dedicación.
DEBO DECIR SIN EMBARGO, QUE LO MÁS RELEVANTE no fue en sí el cambio, sino la forma cómo fue escogido el nuevo titular de la parroquia.
DEBO DECIR ANTES, QUE NINGÚN PADRE de la Diócesis de Valle de Chalco, tiene la preparación académica, religiosa y trayectoria como Luis de Jesús Hernández, oriundo de la Ciudad de México, y justamente por ello fue elegido a iniciativa del propio padre Esteban.
EL COLUMNISTA, A INVITACIÓN DEL PROPIO RELIGIOSO, acudió el domingo 22 a la iglesia para conocer al nuevo párroco, quien me concedió una larga entrevista, pero antes de ello constaté personalmente múltiples muestras de afecto que le brindaron decenas de fieles católicos al padre Esteban Flores.
