12 de marzo

**Tenía 12 años cuando empezó a trabajar en el panteón de Cocotitlán rascando las fosas

Jorge Martínez Cordero

COCOTITLÁN, Méx.- Clemente Contreras García se escapaba de la escuela para irse al panteón a ver a los sepultureros escarbar las fosas para enterrar a las personas. Esas imágenes lo marcaron para siempre y desde entonces supo que quería ser sepulturero.

  Apenas tenía 12 años y dejó la escuela para empezar a ayudar a quienes trabajaban en el panteón de esta comunidad y está a punto de cumplir medio siglo como sepulturero.

   Confesó que, aunque es un trabajo poco remunerado, lo hace más por pasatiempo.

Originario de este municipio, informó que es campesino, pero fue el oficio de enterrador el que, a los 12 años le llamó la atención y se convirtió en la pasión que lo hizo abandonar la escuela.

    Contó al reportero de  AMAQUEME que, en varias ocasiones se escapó de la primaria exclusivamente para irse al panteón.

   A sus 62 años recordó cómo fue reprendido en repetidas ocasiones por su padre por ausentarse de la escuela, prefiriendo estar en el panteón con personas mayores.

Sin sentirse orgulloso, confesó que, desde adolescente, le gustaba beber, lo cual, por lo regular, no faltaba en el lugar.

Y como es un personaje muy conocido por lo que hace, señaló que cuando no tiene trabajo fijo como sepulturero es buscado para trabajar en otros panteones de la región y del país.

“En San Rafael, Tlalmanalco, Chalco, Temamatla, Ozumba, Toluca, Amecameca, Morelos, Guerrero, Puebla y otros estados es donde, gracias a mi trabajo, que me recomienda, me llaman para ir a sepultar”, asentó Clemente.

Contó que en el panteón existen tumbas que datan desde 1901 y, según pláticas que tuvo con su papá, se enteró de que originalmente el camposanto estaba en la iglesia.

Sin recordar con exactitud la fecha, dijo que el terreno del primer panteón fue donado por un habitante de nombre Arcadio Reynoso, quien también se encuentra sepultado en el lugar.

Aseguró que también varios ex presidentes municipales, como Josué Castillo, Jesús Montero, Jesús Chavarría y Rogelio Torres, por nombrar algunos que recordó.

   Dijo que se han contado muchas leyendas sobre que en los panteones se oyen y ven cosas extrañas o fuera de lo común, pero en lo personal, en casi medio siglo como sepulturero, jamás le ha tocado ver ni oír nada, a pesar de que muchas veces se ha quedado a dormir.

No obstante, contó que uno de sus compañeros le ha dicho que sí le ha tocado ver a una niña por las madrugadas, entre los dos panteones, con los brazos extendidos e impidiéndoles el paso; pero aseguró que él no ha visto nada.

Señaló que, hasta que le toque morir, él seguirá siendo sepulturero de Cocotitlán y sus alrededores.