12 de marzo

REGIÓN ORIENTE.- Los primeros árboles se decoraban con objetos comestibles, tales como pan de jengibre, manzanas cubiertas de oro, rosas recortadas de papel de colores, obleas y dulces.
Es sabido que el cristianismo adoptó y transformó las costumbres paganas relacionadas con el culto a los árboles sagrados.
Para la iglesia, el árbol de navidad era un ritual pagano y con gran cantidad de errores en la simbología. Sin embargo, la tradición obtuvo tal impacto que rebasó las creencias de la Iglesia, convirtiéndose en un éxito, principalmente en las regiones alemanas de Alsacia, Renania-Palatinado y Baden en el siglo XVII.
Los fieles protestantes acuñaron la iniciativa del abeto argumentando que fue Martín Lutero quien propuso e inició la tradición de adornar con velas, manzanas y dulces el árbol de navidad, en representación de las muchas bendiciones que Jesucristo otorga a sus devotos. Llegado el año de 1774, la historia del árbol de navidad no tenía vuelta de hoja. La Iglesia no pudo frenar esta tradición, que incluso se abrió paso hasta la literatura más famosa de la época, a manos de Johann Wolfgang Von Goethe en su obra “Las Penas del joven Werther”, haciendo referencia al ahora famoso árbol de navidad.
Al principio de la existencia del árbol de Navidad se colgaban de sus ramas rosas de papel, dulces, pan de oro, manzanas y golosinas de azúcar. Parece que el religioso agustino Martín Lutero, promotor de la Reforma protestante en Alemania añadió las velas, costumbre por otra parte de procedencia supersticiosa antigua: las luces encendidas representan las almas de los antepasados muertos.
En un texto del siglo XVII que aún hoy se conserva, escrito por un clérigo alemán llamado Dannhauer, se puede leer: “Por estos días se dispone en las casas de familias cristianas unos árboles donde se fijan objetos que lucen y pequeños juguetes que atraen y gustan a los niños, que sabiéndolo se abalanzan sobre ellos el día de Navidad”.

Decorar el árbol de Navidad en familia es una de las tradiciones que todavía se conservan en muchos hogares cuando llega el mes de diciembre.
El árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso, de cuyos frutos comieron Adán y Eva y también representa al árbol de la vida o vida eterna. La forma triangular del árbol representa a la Santísima Trinidad.
Desde su origen, el árbol de navidad ha sido adornado con diferentes objetos, los cuales han variado en cada época y lugar. Esto es un resumen no exhaustivo de los adornos más utilizados.
Ángeles: se suelen colocar en lo alto del árbol, para representar al arcángel Gabriel, que participó de la Anunciación de María.
Bolas o esferas navideñas: simbolizan las gracias y virtudes concedidas por Dios a los hombres. También simbolizarían los rezos que se hacen durante el Adviento. Inicialmente serían manzanas que representarían la abundancia y la fecundidad. Dependiendo del color tendrían un significado más concreto. Así si eran rojas eran peticiones; las plateadas era una forma de agradecimiento; las doradas simbolizaban la alabanza y las azules el arrepentimiento.
Campanas: sirven para ahuyentar a los malos espíritus, así como recordar la alegría por el anuncio del nacimiento de Jesús. Antiguamente, se consideraba que eran utilizadas para ahuyentar a los malos espíritus, pero en la actualidad su signo es positivo: su repicar navideño es solo motivo de alegría.
Estrellas: también se colocan en lo alto del árbol (en vez del ángel), para representar la estrella (cometa) que guió a los Reyes Magos hacia el pesebre de Belén.
La estrella en la punta del árbol significaría la fe que debe guiar la vida del cristiano. La historia de la estrella de Navidad en el árbol está vinculada al nombre del fundador del protestantismo: el alemán Martín Lutero, impulsor y líder de la Reforma.
Una noche de Navidad, mientras Lutero paseaba por la calle, observó las brillantes estrellas del firmamento nocturno. Había tantas en el cielo por la noche que se veían como lucecitas pegadas a las copas de los árboles. Cuando volvió a casa, engalanó un pequeño abeto con manzanas y encendió velas. En lo alto del árbol colocó una estrella para simbolizar la Estrella de Belén, que fue la que anunció a los Reyes Magos el nacimiento del Niño Jesús.
Guirnaldas: son adornos bastante más actuales, que aparte de dar vistosidad, representan la unión familiar y de los seres queridos.
Herradura: sinónimo de suerte.
Lazos: mismo sentido que las guirnaldas.
Luces: son la versión moderna de aquellas primeras velas que se colocaban para alumbrar el árbol, y representar la luz de Jesucristo, iluminar el camino de la fe. Ahora son de muchos colores y con efectos especiales, así que el sentido que tenían originalmente se ha perdido bastante.
Simbolizan el pecado original y las tentaciones, así como la fecundidad de la Tierra y los espíritus sagrados de la Naturaleza.
Piñas o piñones de Navidad: signo de esperanza e inmortalidad y unidad familiar.