• Un hábito de salud se refiere a aquellas acciones y direcciones que van a repercutir en el bienestar físico y mental de las personas y se refleja en que no se presente ningún tipo de enfermedad.
TOLUCA, Méx.- Los hábitos alimenticios en las adolescencias pueden repercutir en su desarrollo físico y mental, ya que en esta etapa tienen una carga social fuerte. Por ello, debemos acompañarles en su alimentación, explicó la nutrióloga de la Clínica Multidisciplinaria de Salud (CMS) de la Universidad Autónoma del Estado de México, María Vianey Ortiz Pacheco.
Un hábito de salud se refiere a aquellas acciones y direcciones que van a repercutir en el bienestar físico y mental de las personas y se refleja en que no se presente ningún tipo de enfermedad. Si la persona tiene ciertos hábitos que son nocivos, por ende, van a perjudicar su estado de salud.
En el caso de las infancias y adolescencias, Vianey Ortiz explicó que la falta de hábitos saludables puede afectar su crecimiento y desarrollo físico, además del académico, ya que tener una dieta cargada hacía los carbohidratos y con poca proteína va a generar que presten poca atención y, por ende, recibir poca información por la falta de energía.
“Los alimentos no solo aportan energía al cuerpo, sino también vitaminas y minerales, los cuales van a fortalecer el estado de salud de una persona. Todos los grupos de alimentos cumplen una función científica. Si la alimentación está mal equilibrada la energía disminuye”, afirmó.
Ante esto, Ortiz Pacheco comentó que los hábitos alimenticios comienzan en casa, pero desde las escuelas se puede contribuir a que se mejoren, comenzando por disminuir o restringir la venta de alimentos que no aportan nutrientes, como alimentos ultra procesados, con altos índices de calorías, azúcares o grasas.
“Estas acciones contribuyen a que los hábitos alimenticios poco a poco mejoren. No digo que esto sea muy complejo, pero es una muy buena alternativa para modificar en mayor o menor medida el consumo de productos industrializados”, mencionó.
En este sentido, sugirió que desde casa las familias pueden organizarse para preparar comida, repartiendo las actividades entre todos los integrantes, lo cual contribuye a que los hábitos alimenticios cambien no solo para las infancias y adolescencias, sino también para las y los adultos.
“No se necesita tanta elaboración en los alimentos, sino que, por ejemplo, para el desayunó se pueden hacer huevos con verdura, incluir una porción de fruta con algunas semillas. Otro ejemplo es que, como refrigerio, antes de la comida, se pueden consumir arándanos con algunas semillas o almendras”, afirmó.
Al respecto, recomendó a las personas que quieran hacer cambios en sus hábitos alimenticios a acudir con un profesional de la salud, ya que no solo consiste en cambiar qué se come, sino también conocer cómo se encuentra su composición corporal. Además de orientar a las y los pacientes de acuerdo a las necesidades que ellas y ellos requieran.
En este sentido, Vianey Ortiz hizo una invitación a la comunidad universitaria y público en general a hacer uso de los servicios de la CMS, a través de la página https://citascms.uaemex.mx o llamando a los teléfonos 722 212 80 27/ 722 219 41 22, extensiones 118 y 140.
