13 de marzo
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Gilberto hernández Guzmán

CHALCO, Méx.- Esperanza, expareja sentimental del chofer que asesinó a una joven en Ozumba, reveló que la intentó asesinar en dos ocasiones, golpeó a otras mujeres y toqueteó a su hija de 11 años.

La tarde del domingo diez de febrero, la denunciante se comunicó con un reportero de AMAQUEME para denunciar el comportamiento agresivo de su expareja Ricardo Hernández Cruz, para con ella y con otras mujeres, principalmente pasajeras de las unidades de transporte público que él manejaba.

Afirmó que no lo denunció cuando vivió con él porque la tenía amenazada de muerte.

Aseguró que él mismo le confesó haber golpeado  y abandonado sobre la autopista México-Puebla a  otra joven.

“En los últimos meses que vivimos juntos, mi hija me contó que en una ocasión se acostó a un lado de ella, pero no le dio importancia porque pensó que lo hacía sin ninguna intención, hasta que la empezó a tocar morbosamente y ese mismo día lo corrí de la casa”, aseveró.

Dijo  que varias ocasiones ella fue víctima de la violencia de Ricardo, y en una ocasión le pegó en la cabeza con tubo que casi le hizo perder el conocimiento, la amarró a la cama y abusó de ella repetidamente.

“Me tenía amenazada con atentar en contra de mis hijos si lo denunciaba a la policía”, afirmó la joven señora de 38 años.

Reveló que en forma frecuente se drogaba con solvente y así manejaba las camionetas de transporte público.

Recordó que ya separados, cuando ella regresó de un viaje, entró a su casa, vio una maleta en la cama, la revisó y le encontró preservativos, hecho que lo enfureció, la golpeó e intentó ahorcar.

“Estaba como loco, nunca lo había visto así, me amarró y continuó golpeando, le pedía a dios que me dejara salir pero me tuvo encerrada y amarrada más de 12 horas, hasta que se le pasaron los efectos de la droga y me dejo ir”, aseguró.

Explicó que en pláticas nocturnas, Ricardo le confesó haber agredido a más mujeres, pero no le precisó detalles.

“Una vez llegó muy nervioso de trabajar, me dijo que había golpeado con un tabique a una joven pasajera a bordo de su camioneta, le pregunte a dónde, pero me respondió que no sabía ya que era noche y no supo dónde se había detenido”, apuntó Esperanza.

Externó que se volvió más agresivo cuando se empezó a drogar.

“Una vez me confió que iba a matar a su primera esposa y mamá de sus hijos porque le fue infiel”, puntualizó.