12 de marzo
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Por Isabel Carrillo Barrera

   SAN ANTONIO TLACALTEPEHUACÁN, Méx.- Una pirámide y aproximadamente 300 piezas precolombinas, incluido el esqueleto de una mujer que rebasaba los dos metros de altura se descubrieron accidentalmente hace 34 años.

   Ello sucedió pasado la mañana de un 30 de abril de 1986.

   Actualmente, las piezas se encuentran en la parroquia de San Antonio de Padua.

   Lauro Saldaña Gutiérrez, historiador e investigador de esta comunidad, reveló en entrevista con AMAQUEME que el descubrimiento se hizo en forma fortuita, frente a la parroquia, cuando pobladores abrieron una zanja para reparar la ruptura de un tubo de agua.

     “Fue exactamente en un “día del Niño cuando se encontraron cuatro osamentas, de las que dos se esfumaron al contacto con el aire, una está completa y otra semicompleta; también  tlaloques y portaestandartes”, explicó.

    Detalló que la Chicomecóatl, o diosa del Maíz y la Fertilidad fue una de las primeras encontradas, con una estatura mayor a dos metros.

    Agregó que alrededor de la osamenta había vasijas y utensilios de barro.

   Por su parte, el delegado municipal, Jorge Luis Cervantes Muñoz, quien siendo niño aun, estuvo presente el día que se encontraron las piezas, recordó lo sucedido.

     “La gente comenzó a escarbar de 30 a 40 centímetros para maniobrar y hacer la compostura y hallaron, lo que pensaron era una piedra, pero para su sorpresa, encontraron una escultura de más de 1.60 metros de altura, totalmente enlodada”, recordó.

    Subrayó que aun cuando no era temporada de lluvias, horas después del descubrimiento, y luego de sacar varias piezas, sucedió lo inesperado, pues entre tres y cinco de la tarde se registró una granizada que cubrió totalmente la comunidad y la carretera México-Cuautla.

   Dijo que debido a ello, fue necesario usar una moto conformadora para limpiar el asfalto que estaba cubierto de granizo.

    Comentó que posteriormente, los pobladores decidieron dar parte a las autoridades municipales y una comisión fue a Toluca a informar al instituto Nacional de Antropología, con la finalidad de que arqueólogos investigaran qué se había hallado.

    “Es así que el Instituto Nacional de Antropología e Historia intervino con la investigación de la arqueóloga Silvia Gutiérrez, quedando registradas, dijo el delegado, 120 piezas, pese a que se localizaron alrededor de 300, que lamentablemente  se fueron deteriorando”, puntualizó.

  Refirió que hasta la fecha, las piezas están resguardadas en la capilla de San Antonio de Padua.

    “Ya se cumplieron  34 años del descubrimiento y autoridades anteriores no han hecho algo o tal vez lo hicieron, pero el tiempo es corto. Me gustaría que se tratara de construir un museo comunitario”, asentó el delegado.    Dijo que en mayo del 2019, la delegación presento un proyecto PACMyC (Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias) de la Secretaría de Cultura para construir un espacio en dónde exhibir las piezas, pero la respuesta no fue exitosa.