
Jorge Martínez Cordero
CHALCO, Méx.- En camionetas, bicicletas, motocicletas, caminando o corriendo, cientos de peregrinos atraviesan a toda hora el municipio en días previos al 12 de diciembre para llegar a la basílica de Guadalupe.
Cargados con la imagen religiosa en lienzos, cuadros o de bulto, sin importar el tamaño, la mayoría ha caminado cientos de kilómetros durante tres o cuatro días, descansando pocas horas donde pueden.
Adultos mayores, jóvenes y hasta niños salieron de sus lugares de origen sin importar las distancias o condiciones, empujados por su enorme fe en la virgen de Guadalupe, para llegar hasta el templo mariano y expresarle su agradecimiento por los favores recibidos en este año que está por concluir.
Puebla, Morelos, Guerrero y municipios del Estado de México de la región oriente son los lugares de origen de los cientos de peregrinos.
El reportero de AMAQUEME se interesó en la historia de Roberto Solís, cuya esposa tuvo un accidente automovilístico hace cinco años y se vio muy grave, casi al punto de la muerte.
Confió que puso toda su fe en la virgen, pidiéndole el favor de permitirle seguir viviendo, prometiéndole visitarla cada año en la “Villita”.
Desde entonces sale desde el estado de Morelos en caminata hasta la basílica.
“Desde los 19 años comenzaron mis visitas a la virgen, hoy tengo 41 y en esta ocasión vengo con mi papá, quien fue el que nos inculco la tradición y la fe para agradecer por todo lo recibido de nuestra virgencita, años atrás he venido con mi familia, pero esta vez solo mi padre me acompaña”, dijo por su caso Juan Ramírez.
Cargando su pesada mochila a la espalda, dijo que salió de Puebla el miércoles ocho y ha caminado por tres días.
Por su parte, al llegar a Chalco, Enrique Guzmán, de 48 años, cumplió 13 horas caminando procedente San Juan Tehuixtitlán, acompañado de 50 personas, todos familiares, planeando arribar a su objetivo el sábado 11 a mediodía.
“Sólo vamos a estar los 15 minutos que nos permiten hacerlo y nos regresamos, porque son las medidas que están tomando las autoridades sanitarias para evitar cualquier riesgo de contagio”, comentó Enrique quien con la imagen de yeso a la espalda caminaba presuroso al lado de su esposa e hijos sobre la avenida Solidaridad, de este municipio.