
Jorge Martínez Cordero
CHALCO, Méx.- Iniciaba la década de los sesentas cuando los hermanos Roberto y José González Velázquez abrieron una reparadora de calzado en un pequeño local que rentaban en la calle de Riva Palacio.
Los consanguíneos son los pioneros en esta clase de negocios en Chalco y probablemente de sus alrededores, consideró en entrevista con AMAQUEME, el hijo del primero, Roberto González García.
Dijo que su padre y su tío comenzaron reparando huaraches y en su primer local permanecieron medio siglo trabajando.
En la actualidad, dijo, reparan desde una pequeña costura, cambian tapas, suelas y tacones, dan boleadas, y también tienen hormado, vulcanizado y todo arreglo y trabajo que el calzado necesite.
Contó que su padre siempre tuvo el deseo de montar un negocio, pero no sabía de qué y un día viendo a su hermano José, quien era muy inquieto y tenía el conocimiento de reparar huaraches, le propuso que le enseñara el oficio y montaran juntos una reparadora.
Detalló que transcurridos varios años, cuando su padre conoció a la doctora María García Contreras, con quien contrajo nupcias, lo animó a concretar su sueño y junto con José fundaron la primera reparadora de calzado.
Aseguró que en sus inicios únicamente reparaban huaraches, que era el calzado de uso obligado por un gran número de personas, principalmente campesinos a principios de los 60s, pero después aprendieron la reparación del calzado, volviéndose indispensables para la población.
El heredero y actual propietario de la reparadora recordó que fue su abuelo paterno Ruperto González quien le prestó dinero a su progenitor para comprar sus primeras máquinas, que le permitieron montar su taller en la calle de Riva Palacio en un local rentado.
Diez años después Ruperto le propuso que construyera un local en una de sus propiedades ubicada en la calle Porfirio Díaz de esta cabecera, donde durante casi medio siglo se ha mantenido la reparadora González.
Roberto González apuntó que en la actualidad sus primos Benito y Marco Antonio González son quienes están a cargo de la afamada reparadora, manteniendo con vida a la que es considerada pionera en Chalco en esta clase de negocios y con mayor arraigo e historia.
El entrevistado recordó que un suceso marcó el taller en el 2009 cuando se incendió al dejar una máquina prendida porque se se les fue la luz, pues todos se fueron cerrando el local, y al regresar la energía eléctrica, el motor de la máquina se trabó al coger unas piezas de material, forzándose y provocando el siniestro.
“Los clientes comprendieron la situación y aceptaron que no volverían a recuperar su calzado que habían dejado para ser reparado, se portaron muy buenas gentes y nos entendieron a pesar de que queríamos pagárselos”, recordó Roberto.
Sus primos Benito y Marco Antonio González, cada uno tiene una labor específica y ambos son parte medular del taller para que siga ofreciendo servicios de calidad, como lo ha hecho la reparada en seis décadas.