
Gilberto Hernández Guzmán
LA ALDEA DE LOS REYES Méx.- Policías de investigación de la Fiscalía General de la República Fiscalía catearon y clausuraron una cocina económica, donde vendían drogas, alcohol y se ejercía la prostitución.
Vecinos ya habían denunciado varias veces.
El mediodía de este lunes 15 de agosto, elementos de la Fiscalía General de la Republica, de la Agencia de Investigación Criminal, apoyados por policías de Amecameca colocaron sellos de clausura a una local ubicado sobre la carretera federal115, que funcionaba como #cachimba”.
En el interior encontraron envoltorios con dosis de droga las cuales eran vendidas a traileros y choferes.
Al término del operativo, el inmueble quedó resguardado por una patrulla de la policía municipal de Amecameca, para asegurarse que los sellos no fueran rotos.
De acuerdo con la información proporcionada por los uniformados a AMAQUEME, el cateo tuvo lugar al mediodía y para entrar al local, los elementos se vieron en la necesidad de quebrar vidrios y forzar unas chapas.
Vecinos entrevistados por el reportero de AMAQUEME dieron a conocer que dicho local funcionaba como “cachimba” durante las noches desde hace más de tres años.
Denunciaron que en forma constante generaba conflictos, pues los traileros tapaban accesos y no permitían el paso a peatones y automovilistas.
Los entrevistados, que se abstuvieron de revelar su identidad, aseguraron que después de tres años, les hicieron caso ya que constantemente denunciaban el mencionado local, el cual tenía fachada como cocina económica, sin ninguna respuesta.
Revelaron que durante las noches se paraban “sexoservidoras” fuera del inmueble y eran quienes recibían a los choferes.
Este negocio se encuentra ubicado sobre la carretera México-Cuautla en el carril con dirección a Amecameca, pasando el puente de Santo Tomás, lugar hasta donde arribaron los uniformados de forma sorpresiva.
Es importante mencionar que los denunciantes le aseguraron al reportero que constantemente arribaba al lugar una unidad de la policía municipal y los oficiales únicamente entraban al local y salían a los pocos minutos sin realizar ninguna acción de seguridad.
“Hacíamos nuestra denuncia, pero unas dos o tres veces a la semana veíamos cómo llegaba una patrulla de la municipal, un policía entraba a la supuesta cocina, después de unos minutos salía y se iban, obviamente entraban por su “moche” y no por las denuncias que realizábamos”, señaló una de las denunciantes.
Por ello solicitaron a las autoridades que ya no permitieran abrir a dicho establecimiento, ya que por ese paso, transitan familias con niños y en forma frecuente se cruzaban con las jóvenes sexoservidoras.