13 de marzo
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Jorge Martínez Cordero

   CHALCO, Méx.- Jesús Zambano González de 77 años aseguró que el eclipse de sol ocurrido hace 32 años provocó mucho miedo y el registrado la mañana del sábado 14 sólo causó curiosidad.

    Recordó que en julio 1991, cuando sucedió el eclipse total de sol trabajaba como mecánico en la Ciudad de México y la experiencia vivida entonces le dejó sensaciones que nunca volverán a repetirse.

Entrevistado por AMAQUEME en el jardín municipal, comentó que en junio de ese año cuando se vivió el fenómeno natural, todo fue asombroso y maravilloso a la vez, ya que en sólo unos minutos se hizo de noche y volvió amanecer.

   Recordó que también el comportamiento extraño de los animales fue muy notorio.

“Vi como las gallinas se subieron a los árboles para dormir y enseguida volverse a bajar, para otra vez treparse a las ramas, asimismo, los pájaros cantaban y se callaban y volvían a cantar, fue un descontrol tanto para los animales como para muchas personas porque no entendían lo qué estaba pasando”, afirmó Jesús.

   Señaló que aunque el acontecimiento ocurrido la mañana del 14 de octubre fue muy comentado en los medios de comunicación, donde se habló de los motivos para no verlo directamente, así como los daños que podría causar si se hacía, muchas personas hicieron caso omiso de esas recomendaciones y se atrevieron a verlo directamente, sin ninguna protección.

Explicó que aunque menos temido fue el eclipse reciente no dejó de ser un fenómeno maravilloso que la naturaleza regala a la humanidad, por lo que se debe estar agradecido con todo lo que el hombre puede presenciar y éste fue otro momento que muchos tuvieron la oportunidad de vivir.

Comentó que las creencias de las personas cuando pasan este tipo de fenómenos para cuidar a las mujeres embarazadas, de poner seguros en forma de cruz y amarrarles listones rojos en su ropas para evitar daño a los bebes es totalmente falso.

   Dijo que ya es hora de terminar con esas creencias y recomendó estar informado de las cosas.

Apuntó que en su caso personal, durante el desarrollo del eclipse sintió una inmensa calma en el ambiente, la luz reflejada por el sol se puso tenue y de color un tanto naranja, como una puesta de sol. Jesús detuvo un poco su marcha de trabajo por unos momentos para darse un respiro y luego siguió su camino para seguir ofreciendo sus bebidas en los cruceros viales, porque aseguró, que si no trabajaba, hoy no comía