14 de marzo
6

***Gumersindo Arenas Galicia vende ricos churros en temporada de frío y raspados cuando hace calor.

Abilene Figueroa López

SAN VICENTE CHIMALHUACÁN, Méx.- Gumersindo Arenas Galicia lleva más de medio siglo vendiendo churros, cuando empezó tenía 18 años y los vendía en 20 centavos.

   Entrevistado por AMAQUEME, comentó que aprendió de un señor del que sólo se acuerda su primer nombre, Miguel.

   También prepara raspados, pero la venta de sus productos depende del clima o temporada del año.

 “En un día que yo no tenía trabajo me invitó a su casa y me dijo que si no me gustaría trabajar con él, le dije que sí, me enseñó a hacer los churros, en ese tiempo costaban 20 centavos”, contó.

Dijo que empezó a los 18 años, primero vendiendo los churros que don Miguel hacía y después haciéndolos él.

“Me mandaba con una charolita a vender a Atlautla, ya después me enseñó a hacer la masa y me dijo: “cuando no tengas trabajo con esto te mantienes, y así fue como aprendí a hacer esto”, explicó.

Son 56 años los que el entrevistado lleva vendiendo churros o raspados en San Vicente Chimalhuacán, donde los vecinos ya saben las temporadas en que venderá cada uno.

Con respecto a los raspados, refirió  que él mismo hace las mieles o jarabes con los que da sabor al hielo y confió que también le enseñaron a hacerlas.

“El señor se llamaba Filiberto Dávalos, me vio un día que andaba vendiendo y me dijo que si ya iba a vender raspados, le dije que estaba apenas empezando y me dijo: si quieres te enseño a hacer bien los jarabes para que no se te descompongan pronto”, relató.

Gumersindo es un personaje ampliamente conocido en la comunidad por sus productos característicos de cada temporada y la aceptación es tan grande que bastan de dos a tres horas para que termine su venta del día.

“En la temporada de frío o heladas vendo churros y ya cuando empieza la primavera y empieza a pegar el calor vendemos raspados”, indicó.

Con respecto a la receta, el entrevistado compartió de forma rápida la preparación de los churros.

“Se prende el tlecuil y se pone agua, ya hirviendo el agua le echamos los ingredientes como harina, sal, carbonato y vainilla, ya con eso se le empieza a batir hasta que queda como la masa para las tortillas”, detalló.

    Externó que mandó a realizar su propia jeringa para hacer los churros ya que las tradicionales son de aluminio y se deforman con facilidad, también mandó a hacer la estrella que los deja como si estuvieran rallados.

Finalmente, Gumersindo dio las gracias a todos sus fieles clientes por comprarle sus productos.